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Los atajos olvidados del HUCA

La idea más votada de las cuentas participativas pide adecuar las sendas "oficiosas" del entorno del hospital

Alegría Aira en uno de los senderos que sirven como atajo al HUCA desde La Corredoria. LNE

Alegría Aira lleva cuatro años acudiendo a trabajar a pie desde su piso de La Corredoria al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) por unos caminos que para las administraciones no existen. Al igual que otros cientos de pacientes y empleados del complejo, en vez de utilizar las calzadas habilitadas sigue unas sendas marcadas por las propias pisadas de los peatones a través de las zonas verdes del entorno para ahorrarse quince minutos en cada trayecto. En primavera decidió trasladar su demanda al Ayuntamiento a través de los presupuestos participativos de 2019 y para su propia sorpresa, la iniciativa resultó ser la más respaldada en la fase de apoyos con 362 votos.

Actualmente existen al menos una docena de senderos visibles por las huellas marcadas por los peatones y que conectan, en la gran mayoría de los casos, el complejo sanitario con varias zonas del barrio de La Corredoria y la avenida de Roma de Teatinos. La aspiración de adecentarlos busca un doble objetivo: ahorrar tiempo y aportar más seguridad a los peatones. Aira descubrió este mismo año que en caso de sufrir algún tipo de accidente en los desplazamientos por los senderos oficiosos, los seguros laborales no se hacen cargo. "Sufrí lo que consideré que era una intoxicación por herbicida, pero negaron la mayor y argumentaron la falta de cobertura del seguro", declara.

El principal obstáculo para cargar a la partida de 1,5 millones de euros, reservada para las obras de los presupuestos participativos del próximo año es recibir el visto bueno de los técnicos. Fuentes municipales apuntan a que las sendas ocupan espacios correspondientes a Gispasa, la empresa pública encargada de gestionar las infraestructuras del hospital. Sin embargo, se trata de una verdad a medias, según los demandantes. "Hay varios trazados en suelo municipal y pedimos que al menos se hagan cargo de los suyos", indica Aira.

Abierta la vía municipal, la promotora de la iniciativa también tiene en marcha otra medida de presión, en este caso, para reclamar a Gispasa la adecuación de las sendas. A petición de la propia empresa, está recabando el apoyo de las asociaciones vecinales de los barrios más cercanos y con usuarios de los atajos. "La primera toma de contacto con una asociación ha sido positiva y espero en los próximos meses cerrar el respaldo de otros colectivos", comenta la mujer, trabajadora en el gimnasio del área de Rehabilitación.

El origen de los senderos se remonta justo cuatro años atrás, cuando el nuevo hospital abrió sus puertas. "Nada más trasladarnos aquí la gente se dio cuenta de que se ahorraba mucho tiempo, cruzando por las zonas verdes", comenta, en cierta medida sorprendida por el amplio respaldo recibido por parte de su propuesta. "Yo lo comenté a compañeros, pero no pensé que tendría tanta aceptación", admite sobre los caminos "oficiosos" cuya normalidad es tal que, hasta los empleados de jardinería, los respetan a la hora de segar sus márgenes. "Están reconocidos por todos", sostiene Alegría Aira.

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