En los despachos del teatro Campoamor donde se gestiona el día a día de la Fundación Municipal de Cultura escasea el típex en las últimas semanas. El área municipal se ha visto obligada a tachar buena parte de las actividades previstas para poder hacer frente a toda la programación anual que queda todavía por delante. Según varias fuentes, la actividad más afectada será la del festival de verano, donde de momento no está previsto que haya conciertos en el claustro de la Universidad de Oviedo. Los recitales del arqueológico también se reducirían sensiblemente respecto a lo programado en años anteriores.
El motivo de estos recortes está en la prórroga del contrato de "desarrollo, ejecución y transporte" de las "actividades programadas por la Fundación Municipal de Cultura" a la empresa "Servicios Culturales Algama". En la práctica, esta empresa es la que soporta gran parte de los aspectos técnicos de la actividad cultural en la ciudad. Ellos son los que se encargan del montaje y desmontaje de instalaciones, escenarios, tarimas, etcétera. También de la carga y descarga de elementos, de la vigilancia de lo instalado en la calle y, en última instancia, de la coordinación de alguna de estas actividades.
El problema es que la Fundación Municipal de Cultura asumió este año toda la programación de Festejos que tradicionalmente venía haciendo la SOF. En esa circunstancia, y a pesar de que los estatutos de la Fundación no contemplan la actividad de Festejos, los técnicos municipales entendieron que todo forma parte de la misma actividad. Por tanto, Algama también tendrá que asumir los trabajos de carga y descarga, montaje y vigilancia de Festejos. Sin embargo, en vez de lanzar un nuevo contrato por un importe superior a los 1,05 millones que se destinan anualmente a Algama, el pasado 18 de mayo se aprobó prorrogar la licitación del año pasado. Eso limita en lo económico lo que Algama puede asumir, ya que la ley sólo permite incrementar en un pequeño porcentaje, sobre el 15%, el contrato base. Sin embargo, para asumir todos los Festejos, aparte de la actividad anual habitual, harían falta entre 500.000 y 800.000 euros más en el contrato de Algama.
Ante la imposibilidad de meter esta inyección de dinero a la contrata, a la Fundación no le habría quedado otra alternativa que tachar parte de sus programaciones previstas para el verano.
Problemas en San Mateo
Los problemas no acaban ahí. De cara a San Mateo puede haber otros contratiempos, ya que a la posibilidad de establecer nuevos contratos ante el exceso de programación se opone la existencia de la contrata de Algama. Si por definición ellos tendrían que hacerse cargo de todos los trabajos que sean de carga y descarga, montaje y desmontaje y vigilancia de la actividad de la Fundación de Cultura, no habría lugar a que se contratara este tipo de actividad a otras empresas.
Cultura habría caído, pues, dentro de su propia trampa al no lanzar una nuevo contrato y, en vez de eso, haber renovado el anterior. De hecho, cuando se aprobó esta renovación la concejala del PP María Ablanedo ya preguntó si el contrato prorrogado tenía consignación suficiente para todas las actividades, y el director-gerente de la Fundación, Roberto Sancifrián, respondió que "se deberán restringir actividades y estudiar que el apoyo a las fiestas de San Mateo sea mediante otro contrato".
Esa segunda posibilidad, no obstante, podría tener un encaje legal difícil, como se ha dicho anteriormente, por la exclusividad que tiene la contrata vigente. En la citada reunión del órgano rector de la Fundación, Ablanedo también pidió un detalle sobre qué actividades habría que restringir, pero no obtuvo una respuesta precisa más allá de la necesidad de "ajustarlas a las disponibilidades presupuestarias del contrato de apoyo".
