Para poder cambiar el andamiaje de lado, el acuerdo suscrito con la Iglesia contempla, en primer lugar y "con la mayor premura", retirar el andamiaje existente. El Ayuntamiento adecentará el espacio y colocará en la parte frontal una cubierta de tela que simule la fachada del edificio, y los técnicos municipales recuerdan que fueron ya los servicios de Conservación y Policía Urbana en 2014 los que cerraron huecos, limpiaron y pintaron andamios y colocaron la base de hormigón con tableros, siendo responsabilidad del Ayuntamiento de Oviedo todo el cierre que está ubicado en la vía pública y el andamio.
Ahora serán los técnicos de la Sección de Conservación dependiente del Servicio de Licencias Urbanísticas los que se coordinen con los del Arzobispado para determinar la viabilidad de la propuesta, su orden de ejecución y la responsabilidad de cada una de las partes.
"Se considera además", precisa la providencia, "que se trata de quitar el andamiaje de la vía pública y colocarlo en la parte interior de la finca propiedad del Arzobispado".
De la primera reunión entre el alcalde, Wenceslao López, y el arzobispo, Jesús Sanz Montes, no han salido más certezas que la del acuerdo para adecentar el martillo de Santa Ana, pero el inicio del diálogo sí ha sentado las bases para una actuación posterior. El Ayuntamiento ha aclarado al Arzobispado que en la actualidad la Iglesia tiene "las manos libres" para hacer lo que quiera con esta parcela, pues el convenio original por el que se cedían espacios de un nuevo edificio para la Escuela Municipal de Música ya no está en vigor. Tampoco existe ningún documento que sustente la propuesta de construir en Santa Ana el Museo de la Ciudad. Así las cosas, el Alcalde le ha recordado al Arzobispo que ahora tendrán que decidir si se retoma el proyecto de construcción de oficinas que se había previsto para la finca en el año 1998 o se actúa en la parcela. Esa decisión podría ser inmediata, y si la Iglesia no quiere construir hay una principio de acuerdo para actuar en la finca de forma inmediata, retirando los muros existentes y adecentando el solar para un uso temporal del espacio mientras no se lleve a cabo ningún proyecto constructivo. La solución que urgían los vecinos del Antiguo.
