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Director de escena de "Fuenteovejuna", que abrirá la temporada de ópera

Miguel del Arco: "El Comendador de Fuenteovejuna es como 'la Manada', piensan que son inocentes"

"Fernán Gómez de Guzmán razona igual que Urdangarín, que todo es posible y que todo le es debido"

Miguel del Arco, durante su última estancia en Oviedo. MIKI LÓPEZ

La autocensura no está en el vocabulario de Miguel del Arco. Tiene tendencia a liarlas con sus espectáculos porque hace lo que le pide el cuerpo y su impactante sentido del teatro. Acumula premios "Max" por decenas y hace unos meses recibió el Premio Nacional de Teatro. No es un provocador, ni siquiera se plantea provocar, es un tipo que entiende que la esencia del teatro es el conflicto y que eso debe saltar al patio de butacas. Mañana presenta la nueva temporada de su proyecto El Pavón Teatro Kamikaze de Madrid; al tiempo, trabaja en la dirección de escena de la ópera "Fuenteovejuna", que en septiembre abrirá la temporada de Oviedo. El libreto es de Javier Almuzara y la partitura de Jorge Muñiz.

- Supongo que su "Fuenteovejuna" no se quedará en el siglo XVII.

-No, no. Tenía claro que no iba a acudir a una cosa clásica. Lo que cuenta "Fuenteovejuna" nos sigue pasando ahora mismo. Lo vimos el otro día cuando Tsipras se quitó la corbata porque Grecia habían salido del rescate. Lo que hicieron con Grecia y España fue someter al pueblo y ver hasta dónde llegaban nuestras tragaderas. Nadie tendrá que hacer un traslado histórico para ver esta ópera. Los abusos de poder y de género son muy actuales.

- Una ópera contemporánea.

-Absolutamente contemporánea. Se desarrolla en un pueblo que se dedica al campo pero con una tremenda capacidad de resiliencia, como el pueblo español. Me asombra cómo nos hemos tragado todos los casos de corrupción y la gente seguía votando al PP, pero nos acostumbramos a todo. No es necesario volver al Siglo de Oro, tenemos al anormal de Trump o al ministro italiano hablando de carne humana. No es necesario irse al siglo XVII para ver que el Comendador Fernán Gómez cree, como Urdangarín, que con el poder que tiene en la sociedad todo es posible y todo le es debido.

- Fuenteovejuna se levanta contra el derecho de pernada, contra las violaciones.

-El Comendador Fernán Gómez de Guzmán es también como "la Manada", piensan que son absolutamente inocentes. Aunque la chica consintiera hasta el último momento, aunque les besara a la puerta del portal, aunque les siguiera hasta dentro, que cinco tíos la follen por los cuatro costados es una violación, igual que el derecho de pernada que exige el Comendador.

- España también ha salido a la calle contra "la Manada".

-Flipo con la gente que quiere linchar a los de "la Manada". Ésa no es la justicia que queremos. Puedo entender la reacción, pero es necesario pensar en frío. En "Fuenteovejuna" nos alegramos de que maten al Comendador, pero ¿es lícito despedazarle? Reconozco que el mundo ha avanzado gracias a violencia y guerras, pero no debe ser así. El feminismo es un movimiento pacífico que está destinado a cambiar las estructuras sociales de este mundo.

- Todo eso está en la obra de Lope de Vega.

-"Fuenteovejuna" es apasionante. Entiendo realmente la reacción del pueblo ante una cosa tan fuerte como la violación de Laurentina. La obra tiene algo que es el ADN del teatro, el conflicto, y ahí aparece la valentía del pueblo, pero hay que reflexionar y ver hasta dónde es legítimo que llegue ese conflicto.

- ¿Teme la reacción del público de Oviedo por su adaptación de la obra?

-No tengo ningún reparo, jamás lo he tenido. No sé cómo entrarán, pero si entran me parece bien y si no también. Nunca pienso ni en gustar ni en provocar rechazo, me centro en lo que creo que es lo mejor para contar mi historia. Nunca me he autocensurado.

- ¿Vivimos en tiempos de autocensura?

-Corren tiempos malísimos, pero en mis proyectos siempre hemos tenido claro que no haremos nada por el miedo al qué dirán. Hago todos los días un intenso ejercicio para no autocensurarme. Apuesto por el diálogo y el encuentro entre los seres humanos.

- Hay versiones de "Fuenteovejuna" firmadas por Valle-Inclán y Lorca, ¿le asusta?

-Para nada. Tener esa materia prima, un texto troncal y fundamental en la dramaturgia española, me pone las pilas, me excita.

- ¿Qué le parece el libreto de Javier Almuzara y la música de Jorge Muñiz?

-El libreto es magnífico, y respecto a la música tenía miedo. Tengo el oído duro, hay músicas que me cuestan, músicas para las que hay que saber mucho, pero lo que ha hecho Muñiz es impactante, superlativo. Todo "Fuenteovejuna" está en una partitura que enlaza con la potencia telúrica de la obra.

- Mañana presenta la nueva temporada de su teatro, cuando empezó dijo que si en un año no era rentable lo cerraba, ésta será la tercera temporada y sigue sin ser rentable.

-Es que somos idiotas. No buscábamos la rentabilidad, pero tampoco pensaba que fuera a costar tanto trabajo. Pensamos que si llenábamos las funciones ganaríamos dinerito, pero es que cambiamos de espectáculo cada tres o cuatro semanas y en ese tiempo no se amortiza una producción. Estamos sobreviviendo gracias a que los espectáculos salen de gira. Aquí los únicos que no cobramos somos los cuatro jefes y aquí está el director de moda cargando y descargando camiones como un cabrón, pero me va la marcha.

- ¿Es usted el director de moda?

-Eso dicen, pero yo creo que la moda se ha pasado.

- ¿Cómo es su programación para el próximo año?

-Pues ayer nos dimos cuenta de que tenemos muchísimos espectáculos de directores y de productoras que vienen de Cataluña. No me preocupa en absoluto, pero me llamó la atención. Lo que no es normal es que yo lleve tres años sin presentar ninguno de mis espectáculos en Barcelona. La relación cultural entre Madrid y Barcelona siempre ha sido muy fluida y se la han cargado los políticos. La cultura ha tendido puentes que la política se dedica a dinamitar.

- ¿Y si le hubiesen propuesto ser ministro de Cultura?

-Ni harto de vino. Lo curioso es que ya me lo ha dicho más gente y a mí jamás se me pasó por la cabeza. La vida política está muy pervertida. No entiendo que un político diga que no puede llegar a un consenso cuando las personas normales tenemos que llegar a acuerdos todos los días para sobrevivir. Desde el momento en que te despiertas en la cama con tu pareja por la mañana hay que dialogar y llegar a consensos constantemente.

- ¿Cómo se vive siendo empresario?

-Con tensión. Es muy complicado mantener el equilibrio, pero es apasionante. Se trata de intentar huir de la precariedad, de sacar adelante un teatro privado con vocación de servicio público. Hacemos más de veinte títulos al año, apenas sin ayuda, y en dos años nos hemos colocado en un sitio estupendo, en la liga A del teatro. La gente me felicita, pero no me pregunta cómo va esto. Me parece muy bien que a todos os parezca estupenda nuestra propuesta, pero si queréis que siga aplicaos el cuento.

- ¿Qué deberían hacer los políticos con la cultura y el teatro?

-Nosotros con Pavón Kamikaze hemos demostrado que la dramaturgia contemporánea puede funcionar, que un proyecto como éste tiene mucho sentido en el tejido cultural de una ciudad. Quiero que esto sea un modelo para la ciudad, pero yo no me voy a perpetuar aquí. Se necesita un apoyo político.

- ¿Confía en el nuevo Go bierno?

-A ver qué hacen. Nos dan tantos disgustos. Si yo fuera político, haría todo lo posible para que la gente aceptase mi profesión. No puede ser que la clase política sea una de las principales preocupaciones de los españoles. Los políticos quieren ciudadanos adocenados.

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