La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los colegios también son para el verano

El Baudilio Arce recibe cada semana una media de 200 niños que disfrutan de un intenso programa de actividades

Julian Stan practica baloncesto en el patio del Baudilio Arce.

Las vacaciones son para divertirse y los niños necesitan poco, les vale con una pelota y un espacio abierto. Aunque parezca mentira en tiempos multipantalla, los pequeños son felices jugando al aire libre. Y no les importa demasiado el sitio así que están tan contentos en el patio del colegio, aunque sea verano.

Alrededor de 8.000 niños de Oviedo participan este verano en el programa de apertura de centros durante las vacaciones. El Baudilio Arce es uno de los colegios más concurridos y por él pasan cada semana una media de 200 niños que acuden a esta especie de campamento de verano.

Los niños, de Primaria y Secundaria, están encantados de poder disfrutar así de su parte de las vacaciones. Cristina Arias y Susana Fernández son alumnas del Buenavista I, cerca del Baudilio, y sus padres les han apuntado durante un mes a esta actividad. Dicen que lo pasan "muy bien" y que "los profesores (monitores) son muy buenos y proponen juegos que molan mucho". Esa es la idea, según la explica el coordinador de actividades de verano en el Baudilio Arce, Alejandro López, "que tanto los niños como los monitores se diviertan". Para ello, las actividades programadas "buscan educar pero intentamos que no tengan nada que ver con las que pueden hacer en el colegio durante el curso".

Entre esas actividades hay mucho deporte y los chicos optan por el fútbol. Los monitores reconocen que "se nota mucho el impacto del Mundial". Pero también se practican otras disciplinas como la petanca o el baloncesto. Los monitores procuran "que los niños conozcan también el deporte tradicional asturiano", apunta el coordinador.

El programa de los niños de primaria lleva por nombre "Aventureros en el tiempo" y se procura "que aprendan cosas de historia". En infantil, los educadores han tirado de imaginación y se han inventado un extraterrestre, "Mao", al que los más pequeños intentan ayudar para regresar a su planeta. Una de las actividades consiste en explicar a Mao, a través de su amigo Andrés, que los humanos tenemos cinco sentidos y así se desarrollan actividades relacionadas con el gusto, el tacto, la vista, el oído y el olfato. La clave está en la didáctica y la diversión al mismo tiempo.

Y parece que lo consiguen porque los niños, de entre 3 y 11 años, se lo pasan en grande pese a estar en el colegio.

Julian Stan, natural de Rumanía, estudia en el Buenavista II y juega al baloncesto con su compañero Daniel Fernández, alumno de la Gesta, en el patio del Baudilio. Se han conocido en el campamento y disfrutarán de unas semanas juntos. Esas es otra de las claves del programa, la posibilidad de que los niños establezcan relaciones de amistad con otros niños de su edad de otros colegios ovetenses.

Una forma distinta de pasar el verano que satisface a los niños, tiene encantados a los padres, libera de cargas a los abuelos y da trabajo a educadores y monitores de tiempo libre. Todos contentos.

Compartir el artículo

stats