Lucía Álvarez (Oviedo, 1982) es una enamorada de la naturaleza del concejo de Oviedo y, concretamente, de la parroquia de San Juan de Priorio, donde reside. Se crió en el barrio de Pumarín y conserva inmejorables recuerdos de su niñez y juventud.
Una buena estudiante en el colegio de la Inmaculada. "Fui al colegio de la Inmaculada. Fui una buena alumna, pero no me gustaba mucho estudiar. Se me daban muy bien las Matemáticas y el inglés. Viví en el barrio de Pumarín y, aunque no salía demasiado a jugar a la calle, teníamos una pandilla con la que hacíamos muchos planes. Íbamos a catequesis a San Julián de los Prados. Con la pandilla del colegio salía por Oviedo, lo típico de la adolescencia, como los chavales de ahora".
El Bachillerato y la carrera de Química. "Hice el Bachillerato en el colegio del Seminario Metropolitano. Y más adelante empecé la carrera de Química, que no llegué a terminar. La verdad es que había que escoger una carrera y la empecé con ilusión, pero una vez allí no me cuadró demasiado. Era demasiado tiempo dedicado a clases teóricas. A la vez me parecía muy densa. A mí lo que me gustaba era trabajar en el laboratorio. La decisión definitiva la tomé cuando me enteré de que por cada químico hacían falta seis técnicos que eran los que trabajaban realmente en el laboratorio. Así que estudié Salud Ambiental, una FP de grado superior".
Trabajo a favor del medio ambiente. "Trabajé seis meses en el laboratorio de Cogersa. Era un contrato de prácticas para dar vacaciones al personal. Al año siguiente me llamaron para volver de nuevo, pero entonces ya estaba en otro lugar. Me gustó mucho la experiencia y sigo manteniendo contacto con gente de allí. Una de las cosas que más me interesaron de mis estudios fueron las cuestiones sobre contaminación y tratamiento de aguas. Nos hacían mucho hincapié en el tratamiento de los residuos y los pesticidas que ya empezaban a sonar mucho. Yo tenía 22 años cuando acabé y llegué a dar charlas sobre reciclaje en los institutos. Fue una experiencia muy bonita. Uno de los compañeros que tuve es hoy un gran amigo de la familia, de hecho es el padrino de mi hija. Para mí, cuidar el medio ambiente sigue siendo una obsesión y creo que lo será siempre. En Asturias tenemos un problema grave. El vertedero de Cogersa se acaba y debemos buscar alternativas. Desde 2005, cuando yo trabajé allí, hasta ahora, está mucho más lleno. Todas las soluciones son injustas. Convertir un valle en otro vertedero es empeorar las cosas. Por otro lado, quemar los residuos también provoca contaminación. Por eso, la idea más inteligente es reducir la cantidad de residuos y no generar tantos desechos".
Vinculada a San Juan de Priorio desde la infancia. "Mi padre es de Priorio, del barrio de La Medina. Estoy vinculada al valle desde que era niña. Cuando me casé no tuve duda y nos vinimos a vivir aquí, a una casa que era de mis abuelos y estaba medio cayéndose. Así que me vine al monte. Esta zona es muy bonita y muy verde, pero esta contaminada. Nos llega la contaminación de Trubia; sube por el río y huele mal. Yo pienso que si llega el olor también vendrán más cosas de las que no nos damos cuenta".
Alternativas para la planta de asfalto. "Me da mucha pena que se estropeé este valle. No me parece que un pueblo sea la mejor opción para poner una planta de asfalto. Existen otras alternativas, como el polígono de Olloniego, que está medio vacío y que es para fines industriales. Además parece lógico pensar que las plantas de asfalto deben ubicarse cerca de donde se usa el asfalto. No sé qué van a asfaltar en Priorio, la verdad. Ante todo, los vecinos queremos que esto siga siendo un pueblo y no un polígono industrial".
La plataforma vecinal que abandera la lucha. "Decidimos crear una plataforma vecinal para luchar contra un proyecto que no nos parece justo. Hace poco, en redes sociales tuvimos un debate con alguien que nos llamaba ecologistas de oficina y no es así. Somos una agrupación de vecinos que lucha por evitar la construcción de unas plantas que consideramos dañinas. Ahora mismo, las licencias están paradas porque los técnicos del Ayuntamiento determinaron que no es legal la planta al no cumplir la normativa de canteras. Ahora estamos esperando que la empresa recurra. La batalla la vamos a seguir dando. Ya hemos contratado a un abogado para llevar a a juicio la resolución del Principado. Queremos agotar todas las vías para que no se nos escape nada. Las empresas se saben todos los trucos. Tenemos dinero aportado por los vecinos. No conozco ni a uno solo que esté a favor. Yo trabajo en Oviedo y me considero una privilegiada por levantarme cada día y ver lo que veo por la ventana, y eso que vivo cerca de la cantera. Por la parte de atrás la montaña hace un poco de barrera. Me gusta criar a mi hija en este lugar".
