Anoche, música, fiesta y llenazo en el recinto Luis Adaro de Gijón. Era el turno de Loquillo en el Metrópoli, el primer festival potente del verano. Luego viene la Semana Negra, más tarde el Tsunami, con "Bad Religion" de cabeza de cartel, sin que impida que este año haya hueco para poner en el parque Hermanos Castro el Gijón Life Festival, que viene fuerte con "Mana". Sigue Begoña, el Festival Arcu Atlántico, la Fiesta de la Sidra Natural... todo conocido con sobrada antelación y fuertemente promocionado. Gijón hierve, con un calendario sin apenas fechas libres de fiesta. En Oviedo, el Ayuntamiento presenta pasado mañana la programación completa del verano. Ayer, por un comunicado, se supo del Festival de Artes Escénicas en la calle. "Necesitamos más actividades, que los artistas no hayan estado antes en Gijón o Avilés", reclama Daniel García, director de hotel en la capital y directivo de la patronal Otea. "Por muy limpia que esté una ciudad, si no ofrece nada, la gente no va". De sus conversaciones con otros especialistas del sector, concluye que, "si una ciudad ofrece dudas para este verano es Oviedo". Aporta el dato de que hasta mayo -cifras conocidas- Gijón viene creciendo mientras la capital flaquea. No ayudó la Semana Santa en marzo, normalmente peor que en abril, las cancelaciones por el mal tiempo o que, dice Daniel García, "no hemos tenido los seis congresos del año pasado a estas alturas". En todo caso, Oviedo se resiente y si en los últimos años había liderado las estadísticas hoteleras en la región, la tendencia dice que ahora el ciclo bueno está en Gijón y que Oviedo, con mucho tirón en visitantes de paso y más extranjeros que nunca, puede perder el reconocimiento como el lugar preferido por el turista para alojarse en Asturias.