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Habla la familia de la víctima del crimen de Salesas: "Estamos viviendo un calvario"

La hermana del fallecido pide celeridad para que se celebre el juicio un año después de los hechos: "Quiero que el asesino se pudra en la cárcel"

El edificio en el que tuvo lugar el asesinato de José Manuel Fernández. IRMA COLLÍN

El pasado miércoles se cumplió un año del asesinato de José Manuel Fernández Vázquez, el hombre que apareció cosido a puñaladas en el cuarto de basuras del número 8 de la plaza Primo de Rivera -el edificio de Salesas- la madrugada de aquel macabro 27 de junio del 2017. Han pasado ya más de doce meses y la familia del fallecido aún desconoce las claves de un crimen que se encuentra a la espera de juicio y que mantiene preventivo en la cárcel de Villabona a un ovetense con adicción a las drogas como principal sospechoso. Los familiares de "Lolín" -así era conocida la víctima en su entorno- le piden celeridad a la justicia para que el proceso se inicie cuanto antes. "Estamos viviendo un calvario. Después de tanto tiempo aún no sabemos nada sobre la muerte de mi hermano. Queremos que el asesino pague por lo que hizo y que se pudra en la cárcel durante toda su vida por la muerte que le dio a 'Lolín'", explica Marisol Fernández, la hermana del fallecido.

"No nos parece normal que haya que esperar más de un año para saber lo que pasó esa noche. El caso estuvo muchos meses bajo el secreto del sumario y las únicas informaciones que recibimos fueron las que publicaron los medios de comunicación. Necesitamos que el juicio comience cuanto antes", insiste Marisol Fernández. Según pudo saber este diario, las acusaciones ya están preparando sus calificaciones provisionales, que después serán trasladadas al letrado de la defensa para que él también pueda preparar su escrito. La totalidad de las diligencias ya se han practicado, pero, no obstante, la fecha del juicio aún es una incógnita.

Los hechos

La muerte de José Manuel Fernández es el triste final de una compleja historia de amor y celos en la que la droga y el dinero también están muy presentes. "Lolín" perdió la vida sólo unos días después que la mujer a la que amaba, y todo apunta a que fue un exnovio de ella el que esgrimió el cuchillo que le atravesó el tórax en dos ocasiones. Al menos eso es lo que consta en los informes policiales que obran en el sumario del caso. La víctima vivía desde hacía un tiempo con una mujer afectada por una grave enfermedad que a su vez estaba enganchada a las drogas. Discutían mucho y quienes los conocían mantienen que ella sólo estaba con "Lolín" porque tenía "buena paga", pero él la quería.

Tercera persona

Entonces entró en escena el sospechoso, otro ovetense con una larga trayectoria en el mundo de la droga y que había sido novio de la pareja de José Manuel Fernández antes de irse a vivir durante unos años a Tenerife. Éste hombre comenzó a entrar poco a poco en la vida de la pareja y llegó incluso a meterse en el piso que ambos compartían. Según consta entre las declaraciones de algunos vecinos, el sospechoso "pernoctaba" en el piso de Salesas de forma más o menos habitual e incluso dormía con la mujer mientras "Lolín" se veía relegado a otra cama.

Los mismos testigos afirman que J. L. D. R. "estaba obsesionado" con la mujer, que quería volver a ser oficialmente su pareja y que "le tenía mucho odio" al fallecido. Esos "celos tan intensos" le llevaron a proferir serias amenazas contra "Lolín", siempre según los informes del sumario. "En cuanto cobre la pensión lo voy a matar porque tengo que dormir con ella, y ella sólo está con él por dinero", decía. Las cámaras de seguridad del edificio grabaron a J. L. D. R. entrando en el portal y en el ascensor la noche del asesinato. Ese día alguien convenció a "Lolín" para bajar al cuarto de basuras. Todo apunta a que pensaba que la cita iba a ser rápida porque bajó en zapatillas, se dejó el móvil en casa, las luces encendidas y no utilizó la prótesis que usaba desde que le amputaron una pierna a raíz de un accidente de trabajo. Las evidencias también indican que "Lolín" tenía que conocer a su asesino porque nunca bajaba al cuarto de basuras, ya que era el portero el que le transportaba allí las bolsas.

Los informes que están en el juzgado reflejan que José Manuel Fernández no se defendió y que lo más probable es que fuese apuñalado cuando tenía las manos apoyadas en sus muletas. No cayó desplomado. Los investigadores consideran que se quedó un rato de pie tras recibir los pinchazos y que después se fue al suelo, donde pudo estar algunas horas vivo hasta que acabó falleciendo. La Policía encontró allí un cuchillo roto, pero resultó que no era el arma del crimen. J. L. D. R jura que no hizo nada y que tiene coartada para esa noche, aunque las pruebas que maneja la jueza que instruye el caso apuntan hacia su autoría.

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