"Lo que hizo Pelayo fue una auténtica proeza histórica y nada de eso debe ser olvidado". Así lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA Gara Lafuente, autora del libro "Los reyes Pelayo y Gaudiosa", que relata la historia del primer monarca asturiano y de su esposa, rara vez mencionada.

Lafuente, que estuvo acompañada en la presentación por el profesor Javier Gámez, directivo de Tribuna Ciudadana, destacó la hazaña de Pelayo en Covadonga y aseguró que "aunque no tenía posibilidades de vencer a los árabes, a veces las cosas suceden de otro modo y, al final, ganó".

Gara Lafuente se crió escuchando a su madre, natural de Parres, historias y leyendas asociadas a Pelayo. Todos esos relatos han cobrado nueva vida con un libro, repleto de ilustraciones, también de Lafuente, cuyo primer objetivo es lograr que los niños asturianos no olviden su historia.

"La historia asturiana es preciosa y digna de ser recordada; es algo que debemos a las generaciones futuras", señaló.

Uno de los méritos del libro estriba en que por primera vez una autora ha compilado la historia de la batalla de Covadonga y la presenta ilustrada para que los niños conozcan su pasado y la historia de lo que sucedió hace cientos de años, tal como señaló Javier Gámez. A juicio de Lafuente, Pelayo seguirá teniendo poder de convocatoria a pesar de los siglos. Buena prueba del interés que suscita la figura del héroe de Covadonga es que varias comunidades autónomas se atribuyen su origen.

"Las crónicas de Alfonso III dicen que Pelayo era hijo del duque Favila, muy cercano al rey Rodrigo, pero el resto de los historiadores posteriores ponen en duda esa versión", recalcó. De lo que no tiene duda Gara Lafuente es de que Gaudiosa influyó en las decisiones de Pelayo. También destacó los símbolos que van unidos a Pelayo, como la Cruz de la Victoria o la ciudad de Cangas de Onís, que fue la primera capital del Reino. Gara Lafuente, que vive en Tenerife, se decidió a escribir el cuento al ver que los compañeros de colegio de su hijo, llamado Pelayo, le decían que era un nombre muy raro y feo. "Ahora ya saben quién fue aquel rey", concluyó.