En Trubia los chaparrones son sinónimo de inundaciones, como ocurrió en la tarde del lunes. Un muro que separaba dos edificios en el barrio de Cataluña reventado por un impresionante torrente de agua, varios garajes anegados por el agua, y un supermercado cerrado porque el agua llegó a su interior es el balance del último y breve chaparrón.

"Y mientras el Ayuntamiento no arregle los desagües seguiremos con este problema", advirtió ayer a este periódico Juan José Pool Suárez, un trubieco que vio cómo un muro situado debajo de su casa "reventaba" literalmente por el agua que había embalsado y que, según sus palabras, llegó a hacer una gran piscina. "Todos los ladrillos y cascotes se fueron sobre la carretera que lleva a Teverga; menos mal que en ese momento no pasaba ningún coche, porque pudo haber una desgracia".

Y lo peor de todo es que la historia se repite. "El problema es que por debajo hay un colector que a la fuerza tiene que estar tupido y es el que lleva las aguas al río, y mientras no lo limpien seguiremos sufriendo este problema", explicó Pool al tiempo que comentaba que antes también llovía, "pero nunca hasta ahora llegamos a esta situación".

En la otra parte de la localidad que divide el río, más de lo mismo. Un supermercado tuvo que cerrar durante algo más de una hora porque lo inundó el agua. "Comenzó a entrar por las rejillas que hay en el suelo y subió varios centímetros, pero los empleados actuamos pronto y evitamos desperfectos", explicó su encargada, Aurora Elena Fernández, que recuerda algún episodio parecido hace unos años, aunque ninguno llegó a lo del pasado lunes.

Cerca, el parque del Ferrocarril también resultó inundado y un grupo de feriantes se vio incapaz de mover sus camiones por el barro.