Miguel Ángel Rodríguez de la Roz, más conocido como Miguel, a secas, el nombre con el que bautizó también uno de sus negocios, el clásico pub inglés de la calle Matemático Pedrayes, falleció ayer en el HUCA a los 77 años tras sufrir un accidente doméstico.

Natural de Villar de Huergo (Sevares), donde ayer le soprendió la muerte, Miguel Ángel Rodríguez de la Roz se instaló en Oviedo en los años setenta, con la apertura de la célebre cafetería Ayala.

Un poco más tarde, con los primeros años de la transición, y en compañía de otros dos socios, puso en marcha un restaurante que se convirtió en un clásico en Oviedo, el Impala, en la calle Cabo Noval.

Un clásico

Pero quizá su impronta más destacada dentro de la hostelería local la dejó con el Miguel, un pub inglés, clásico, de lujo, distinto en aquella época a todo lo que había en la ciudad. En su ubicación en Matemático Pedrayes, desde los años ochenta hasta su cierre, en el año 2005, el Miguel fue un referente en la coctelería cuando los cócteles todavía no se habían convertido en un trago "hipster" y respondían a un beber serio, clásico, anterior.

Entre butacas, sofás y lienzos que evocaban el salón de una casa de cierto abolengo, Miguel Rodríguez de la Roz sirvió con estilo y categoría, sus gin fizz, dry martini y el cóctel de la casa, un combinado con cava, a su clientela, una parroquia fiel que le acompañó durante 23 años.

Jubilado hace ya una década, deja mujer y dos hijos.