El hostelero José Manuel Gómez Rodríguez, popularmente conocido como Pepe el del Tizón, falleció ayer en Oviedo víctima de una larga enfermedad. El día anterior acababa de cumplir 68 años y su ausencia deja un plato vacío en la mesa de los restauradores más reconocidos de toda la región. Trabajador incansable desde los trece años, empresario de esos que tienen el éxito en la cabeza desde la cuna y el primero en salsear con su gracia al cliente para que se sintiera como en casa en su local de la calle Caveda. El hombre que estrenaba corbata casi a diario se fue para dejar a Oviedo huérfano de todo un referente de la hostelería. "Fue genio y figura hasta la sepultura. Ahí estuvo limpiando lubinas casi hasta el final. Estaba enfermo, pero luchó mucho, como hacía siempre", explica su hijo Daniel Gómez. Pepe el del tizón deja además otra hija (Beatriz), esposa (María Adoración Peláez) y dos nietos (Cecilia y Gonzalo).

Con Pepe se va "un hostelero de los de antes", serio en su negocio y con mucho peso en el gremio, "un paisano de los que no se cortaba a la hora de decir las cosas a la cara y que sentaba cátedra cada vez que hablaba". Así lo recordará "siempre" José Luis Álvarez Almeida, el presidente de la Asociación de Hostelería y Turismo de Asturias (Otea), que además de compañero era amigo personal del fallecido. "Esto ha sido un mazazo para mí, tanto a nivel profesional como en el campo personal. Pepe lo era todo en el mundo de la hostelería, uno de los grandes pilares de la hostelería asturiana sin ninguna duda, todo un maestro", señala Almeida. "Además fue un hombre que trabajó desinteresadamente por el asociacionismo y al que todo el mundo quería dentro de la profesión. Yo, cuando tenía cualquier duda, siempre lo llamaba", añade.

Abel Terente, otro de los clásicos de la restauración asturiana y propietario del Asador de Abel, respalda las palabras del presidente de Otea. "Para mí siempre lo ha sido todo y supone una pérdida muy importante en lo personal. Además creo que al sector hostelero se le va un ejemplo, un hombre que salió de su pueblo de Tineo siendo un crío y que supo conseguir metas muy altas en el negocio", explica. "Nunca voy a olvidar sus bromas, esa forma peculiar que tenía de tratar a los amigos y su carácter campechano", añade. Alfredo García Quintana, expresidente del colectivo Hostelería de Asturias y amigo íntimo del fallecido estaba ayer abatido. "Se va una gran persona, un hombre con un corazón enorme al que todo el mundo quería", acertó a decir.

El funeral de cuerpo presente por José Manuel Gómez Rodríguez, Pepe el del Tizón, tendrá lugar hoy, a las seis de la tarde, en la Basílica de san Juan El Real. El negocio que fundó en la calle Caveda queda en buenas manos: las de sus hijos.