Un conductor borracho fue detenido ayer por la noche tras intentar atropellar a un grupo de personas y embestir la terraza de un bar del número 62 de la avenida de Torrelavega, hacia las 21.15 horas. El hombre, de 46 años, triplicó de largo la tasa de alcohol permitida al arrojar un resultado de 0,86 miligramos de alcohol por litro de aire espirado después de realizar la prueba de alcoholemia en el cuartel del Rubín una vez arrestado.

Un resultado de 0,60 mg/l de alcohol es considerado delito penal, por lo que pasó la noche en comisaría y posiblemente se enfrente a un juicio rápido acusado de varios cargos.

Según testigos presenciales, el conductor se había pasado la tarde consumiendo alcohol en diferentes bares del barrio de La Tenderina hasta que llegó montado en su furgoneta Peugeot Partner a un establecimiento ubicado en el número 62 de la avenida de Torrelavega. Al parecer, aparcó justo delante y encima de la acera. Entró y exigió que le sirvieran una copa, pero como la camarera se negó a hacerlo al apreciar su estado de embriaguez, trató de agredirla. Entonces, varios clientes defendieron a la chica y comenzaron a increparle iniciándose una trifulca dentro y fuera del establecimiento con golpes incluidos. Siempre según los testigos, el ahora detenido se montó de nuevo en su furgoneta e intentó atropellarles para acabar chocando con unas mesas de la terraza del bar. Luego se bajó y comenzó otra pelea multitudinaria hasta que dos patrullas de la Policía Nacional llegaron al lugar de los hechos y se lo llevaron. Numerosos testigos llamaron al 091 y a la Policía Local para alertar de lo que estaba pasando y temiendo que hubiese heridos.

Los servicios sanitarios atendieron a una persona de 42 años afectada por diversas contusiones que, según fuentes cercanas, se hizo cuando trataba de huir de la furgoneta en la avenida de Torrelavega. La Policía Nacional dejó el caso en manos de la Local, que tomó declaración al conductor en el cuartel del Rubín y le hizo la prueba de alcoholemia.

Uno de los últimos atropellos que conmocionó a la ciudad ocurrió el verano pasado en la terraza de una cafetería de la calle Matemático Pedrayes. La conductora se presentó voluntariamente ante la Policía Nacional para reconocer los hechos después de darse a la fuga y puso fin a tres días de investigaciones. Los agentes nada más conocer su versión procedieron a detener al propietario del turismo, que había denunciado el robo del mismo con la única intención de "encubrir" a la fugitiva, con la que mantenía "una relación personal".

La mujer, a la que los testigos de los hechos definieron como "una chica joven, morena y de pelo liso", se presentó en Comisaría a las seis de la tarde, aunque unas horas antes ya había avisado de que acudiría a las dependencias policiales para dar su versión de lo ocurrido.