Siete años después del crimen la Policía da explicaciones. El Jefe Superior de Policia de Asturias, Juan Jesús Herranz Yubero dio hoy por cerrado el asesinato de Alfredo Suárez Suárez cuyo cuerpo sin vida apareció en un almacén con signos de violencia en su empresa en Ciudad Naranco. El responsable policial confirmó así la noticia adelantada en exclusiva hace semanas por LA NUEVA ESPAÑA. El presunto autor del homicidio responde a las siglas R.F.F, y es nacido en el año 1981 en Oviedo. Es un delincuente conocido en los ámbitos policiales. Con respecto a este caso el móvil apunta a "motivos económicos". El Jefe Superior expresó "la extrema violencia del suceso".

"El presunto autor está preso en la cárcel de Villabona. Se pidió su excarcelación para tomarle declaración e imputarle el delito. Ya estaba en situación de prisión preventiva por otro asunto por lo que ahora está en situación de preso preventivo doblemente. Al estar decretado el secreto de sumario no habíamos podido difundir nada del asunto hasta el día de hoy"

"Durante todos estos años se han seguido distintas líneas de investigación. No todas daban los resultados deseados pero se ha estado trabajando durante mucho tiempo. Este caso era una espina que tenía clavada la Policía de Asturias. Al final, hemos conseguido sacarnos esa espina"

El Jefe Yubero subrayó "el Cuerpo Nacional de Policía, de forma callada y discreta sigue investigando los casos para esclarecerlos y poner a disposición judicial a los detenidos, sin importar el tiempo que haya pasado"

Del mismo modo quiso destacar la labor de investigación realizada "tanto por parte de la Brigada de Policía Judicial, como por la Brigada de Policia científica de la Jefatura Superior de Policía de Asturias, que contaron con el apoyo, a partir del año 2012, de la Sección de Homicidios y Desaparecidos de la Brigada Central de Investigación de delitos contra las personas de la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta"

Policía ovetense

El día de los hechos, el negocio cerró a la hora de comer. La otra empleada del establecimiento se marchó a almorzar fuera, mientras en el interior se quedó Alfredo Suárez, como solía, dejando no obstante la puerta del local abierta. Cuando la mujer regresó por la tarde encontró el cadáver ebanista, en un charco de sangre. Había recibido varios golpes en la cabeza con un objeto romo. Como primera hipótesis se planteó que el crimen era el resultado de un robo que había salido mal. Al asesinado le faltaba la cartera, en la que llevaba la documentación, así como unos 30 o 40 euros. Magro botín. Sin embargo, algo no cuadraba, puesto que junto al cadáver se encontraron dos relojes que el autor o autores del asesinato no se habían llevado. Todo apuntaba a que los implicados no estaban fichados por la Policía, por tanto, no eran profesionales. Eso explicaría que no se llevasen los dos relojes.

Rutinas de la víctima

Los agentes de homicidios iniciaron una intensa investigación pare reconstruir las rutinas de la víctima, sus relaciones, sus posibles enemigos, con el fin de dar con la pista que despejase el enigma. Como ocurre muchas veces en este tipo de crímenes sin un autor evidente, la Jefatura recurrió a agentes especializados de homicidios de Madrid. Muy pocos detalles han trascendido a lo largo de estos años sobre el crimen. La investigación no solo se circunscribió a Oviedo, sino que se amplió a Gijón, donde Suárez residía y era muy conocido.