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Abre su tienda en Oviedo y sufre cuatro inundaciones en dos semanas

La dueña de una tienda abierta hace dos semanas en Alonso Quintanilla ha sufrido ya cuatro inundaciones por "los géiseres de una alcantarilla"

La alcantarilla que hay frente al comercio, durante la tormenta del miércoles pasado. MIKI LÓPEZ

Michelle López coloca en su tienda con la misma frecuencia la ropa de temporada que las fregonas y los calderos. Inauguró el comercio hace dos semanas y ya ha sufrido cuatro inundaciones, la peor, la del miércoles pasado. La alcantarilla que hay justo enfrente del establecimiento parece ser la fuente de sus males. "Cada vez que llueve mucho se llena y empieza a salir por ella el agua a borbotones. Son géiseres de alcantarilla", explica la chica, que reclama la mejora urgente del sistema de desagües de la zona.

Algo parecido viven en época de tormentas los vecinos del número 12 de la calle Oscura. El agua que baja por la cercana vía Marqués de Gastañaga y la propia calle Oscura se concentra en un punto hasta formar un río con remolino incluido. El desagüe que hay al final de la calle, cerca del Campillín, no es suficiente para absorber todo el agua, que termina girando sin parar delante del portal de los afectados.

La presidenta de la comunidad, Esther González, explica que los residentes -sólo cinco personas que ocupan las tres viviendas del edificio- pactaron hace años guardar toallas en un armario del portal para poner debajo de la puerta en caso de riada urbana. A veces hasta se turnan dependiendo de la hora de la tormenta. "Tengo unas katiuskas en casa que me pongo cuando el agua entra en el portal y en alguna ocasión no he podido pasar porque el nivel del agua es más alto que las botas", cuenta le presidenta de la comunidad.

El problema viene de muchos años atrás y los vecinos están cansados de pedir soluciones tanto a la Administración local como a la empresa privada. Llegaron a enviar un escrito al Ayuntamiento, a hablar con la Concejalía de Infraestucturas y a ir a las oficinas de Aqualia (la concesionaria del servicio de agua y saneamiento), pero la situación no ha mejorado. Es más, la madera del portal se está deteriorando, pero no pueden pintarla hasta que no seque. El Consorcio de Seguros les concedió 1.600 euros de ayuda por los daños, que están guardados a la espera de que escampe.

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