De primero, lentejas estofadas o macarrones con carne. De segundo, carne guisada con judías verdes o croquetas de pescado. De postre, fruta o queso manchego. Esos son los platos que ayer podían escoger los pacientes del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) para la comida de hoy. La dirección del centro sanitario ha implantado el sistema de menú a la carta -en el almuerzo y en la cena-para que los enfermos "tengan una estancia más agradable". El responsable del servicio de hostelería del hospital, Alfonso Pandiello, presentó ayer públicamente un programa que en realidad se puso en marcha hace algo más de un mes.

Los menús a la carta están dirigidos únicamente a las personas (adultos y niños) con dieta normalizada, es decir, aquellos que no tienen restricciones alimentarias por insuficiencia renal, diabetes o alguna otra dolencia. Los trabajadores de la cocina del HUCA preparan una media de 80 o 90 menús diarios de este tipo para adultos y entre ocho y diez para niños. Sin embargo, el total de los platos que se sirven cada día asciende a unos 900.

Los pacientes eligen el menú con 24 horas de antelación. Reciben un formulario en la bandeja del desayuno que deben rellenar para que luego el personal de apoyo del HUCA lo recoja y lo envíe a un programa informático a través de un teléfono móvil. Además, el personal sanitario también orienta a los pacientes sobre la mejor alternativa y la parte posterior del folleto incluye varias recomendaciones como; tomar 400 mililitros de leche al día o su equivalente en yogur o queso, incluir dos raciones de fruta al día o tomar verdura.

La elaboración de los menús se basa en el código de dietas elaborado por el Servicio de Endocrinología y Nutrición del propio centro para garantizar que las necesidades de los pacientes sean bien atendidas, con independencia de su patología. En palabras de Pandiello, el código de dietas "es la biblia de los menús".

Los adultos pueden elegir entre dos primeros, dos segundos, dos postres, dos tipos de pan y ensalada. Además, las alternativas para los primeros platos son legumbres, pasta, arroz o patata y para los segundos, carne, pescado o huevo, y los postres suelen incorporar fruta o un lácteo. Los niños ingresados en pediatría tienen la posibilidad de escoger dos salsas y dos guarniciones y múltiples opciones para el desayuno y la merienda entre leche o yogur, cereales o pan, fiambre o queso. Las comidas se ofrecen con o sin sal e incluyen todos los grupos de alimentos para proporcionar un aporte adecuado de calorías, proteínas, vitaminas y minerales.

Decenas de profesionales han colaborado en la puesta en marcha del nuevo servicio de menú a la carta, desde médicos nutricionistas hasta informáticos, pasando por personal de enfermería, auxiliares, cocineros y ayudantes de cocina.