La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

JORGE MONTE DE FEZ | Trompa solista en la Scala de Milán, actúa hoy en el Arqueológico

"Sentir que te juzgan cada vez que te subes a un escenario es una losa que cuesta quitarse"

"Oviedo es tranquilo, es la familia, los amigos y la sidra; Milán es muy caótico, están pendientes de la fachada, de la moda, eso no me motiva mucho"

Jorge Monte de Fez, ayer, en sus ensayos en el Filarmónica. DIANA ARANA

Con 14 años, el ovetense, Jorge Monte de Fez decidió que se iba a dedicar profesionalmente a tocar la trompa. En ese momento inició una carrera que le ha llevado a ser el trompa solista de la Orquesta de La Scala de Milán. Un camino lleno de condecoraciones que encontró en Daniel Barenboim, un pilar para llegar a orquestas de Berlín, Nueva York o Tokio. Ahora, de vacaciones en su ciudad natal y a punto de ser padre, se prepara para el concierto que dará hoy a las 21:00 horas en el ciclo de los conciertos del Arqueológico.

- ¿Qué le costó más en sus inicios?

--Ponerme a practicar todos los días, pero hasta que no me di cuenta de que me quería dedicar a esto me costó un poco. Tenía que compaginarlo con los estudios, es muy sacrificado.

- En el conservatorio ¿cómo se preparaba? ¿tenía algún método?

-No me enseñaron ninguna metodología para afrontar los conciertos, eso sigue pesando. A veces el conservatorio es más un examen que disfrutar. Entiendo que sea así porque te tienen que evaluar, pero ese sentimiento de ser juzgado cada vez que te subes a un escenario es una losa que cuesta quitarse. Para estudiar necesitaba pensar que nadie me estaba escuchando, porque siempre experimento y hago cosas raras y con gente delante da más cosa.

- ¿Qué disfruta de un concierto? ¿Destacaría alguno?

-El momento en que estás tan dentro de la música que no estás pensando en nada. Pero todos somos humanos y a veces puedes estar pendiente del después o en algún problema que te corta el rollo. Es difícil, tengo conciertos que no olvidaré como el de Viena o Berlín, con Barenboim, antes de ir a Milán.

- ¿Qué papel juega Barenboim en su carrera?

-Es mi mentor, vio mi talento y quiso explotarlo. Cuando estudiaba en Madrid vino un trompista de Barenboim, me dijo que había una vacante de primer trompa. En mi caso, no les valía con una grabación, sino una entrevista privada, así que me compraron un billete de avión para Milán. Musicalmente me enseñó muchísimo. Durante dos o tres años estuve trabajando cada semana con él. A nivel personal, que te diga "estás preparado para tocar esto" y que te ponga a tocarlo? La manera de entender la música, que me ha transmitido en los ensayos y conciertos, es un tesoro.

- Primer trompa, ¿que responsabilidad conlleva?.

-Siempre había soñado en tocar en una orquesta grande, pero también es presión. La Scala es la orquesta referente en Italia y el mundo de la trompa en ese país es muy importante.

- -¿Cómo ve la música clásica en Oviedo?

-Oviedo tiene una temporada de Ópera bastante buena, además de los conciertos sinfónicos, artistas invitados... Aparte de Madrid y Barcelona, no sé qué ciudades de este tamaño tienen esta actividad artística. Si le das a la gente calidad, pueden aprender a ser más críticos. Los ciudadanos pueden estar satisfechos.

- ¿Ha alcanzado la cumbre?

-Siempre luchas por algo. Ahora trabajo por disfrutar haciendo música. Ya no me importa tanto en qué orquesta me encuentro o los números de conciertos, sino en la calidad personal de cómo me siento mientras lo hago.

- ¿Qué tiene Oviedo, que le falta a Milán?

-La tranquilidad de las calles y su limpieza para una vida en familia es fantástico. También la familia, amigos y la sidra. Llegué ayer y ya me tomé una botella. Milán es muy caótico, están pendientes de la fachada, de la moda, del diseño? son importantes, pero no me motivan mucho. El tipo de personas, el empresario con su Maserati, que no respetan a los demás, se creen los dueños del mundo, ese tipo de cosas me fastidian un poco.

Compartir el artículo

stats