Un cuarto de siglo entre rejas. Eso pide el fiscal para José Luis Díaz Ramos, el hombre acusado de asesinar a José Manuel Fernández Vázquez, más conocido como "Lolín", la madrugada del 27 de junio de 2017 en el cuarto de basuras del edificio de Salesas, en la plaza Primo de Rivera de Oviedo. Además de los 25 años de cárcel, el ministerio fiscal solicita diez años de libertad vigilada para el sospechoso, que permanece en la prisión de Asturias, así como el pago de una indemnización de 30.000 euro. La petición de penas se dio a conocer ayer, el mismo día que la Audiencia Provincial rechazaba poner fin a la prisión preventiva, como solicitaba la defensa de Díaz Ramos, el cual defendió su inocencia este mes mediante una carta dirigida a LA NUEVA ESPAÑA.

El ministerio público sostiene en su informe que el detenido "no podía soportar" ver a su víctima viviendo con la que había sido su pareja doce años antes, fallecida en los días previos al supuesto asesinato. Según la versión del fiscal, José Luis Díaz Ramos buscó una excusa para quedar a medianoche en el cuarto de basuras con "Lolín". Entre las 00.04 horas, cuando fue grabado entrando en el portal, y las 00.10, momento en que fue captado saliendo, esperó al fallecido en el cuarto de basuras y cuando éste entró le asestó una puñalada en el tórax y otra en la clavícula izquierda.

Las cámaras pillaron al acusado saliendo con las manos en los bolsillos para ocultar el cuchillo, mientras "Lolín" agonizaba hasta fallecer en torno a las 3.50 horas, según las investigaciones realizadas por la Policía Nacional, en las que se destacó el profundo conocimiento de la distribución del edificio por parte del acusado, algo que se atribuye a sus continuas visitas y frecuentes pernoctaciones en la vivienda de la víctima, pese a no mantener una buena relación.

En la misiva remitida a este diario, el acusado asegura que el verdadero culpable sigue suelto. "Me veo involucrado en esta historia siendo inocente y, además, sabiendo que en estos momentos se encuentra impune el verdadero autor y caminando por la calle", indicó en la carta, mientras sus abogados anunciaron contar con "numerosas pruebas" para demostrar la inocencia de su cliente, del que señalan que "pesa apenas 40 kilos" y aquel día tenía un brazo en cabestrillo.

A pesar de las palabras de Díaz Ramos, la fiscalía ve un delito de asesinato con el agravante de aprovecharse de las circunstancias del lugar, tiempo o auxilio para debilitar la defensa del agredido. También aprecia una clara intención de aprovechar el apartado cuarto de basuras y la hora del encuentro para no ser pillado y salir impune del delito.

Por su lado, la Audiencia Provincial dictaminó la continuidad de la prisión preventiva del acusado, descartando el recurso presentado por la defensa a un auto previo del pasado mes de mayo. En una vista celebrada sin la presencia del presunto asesino, el fiscal instó a mantener la prisión preventiva, considerando la existencia de "indicios de culpabilidad" y "riesgo de fuga".

La defensa alegó los problemas de salud del acusado para solicitar la libertad hasta la celebración del juicio, todavía sin fecha, pero la respuesta de la sala fue contundente. "Pueden ser tratados en el propio centro penitenciario", señala el auto, atendiendo plenamente las demandas del fiscal, partidario de mantener al sospechoso en la cárcel.