Los empresarios detenidos dentro de la "operación Enredadera" sobre supuestos amaños en concursos de tráfico en Ayuntamientos de toda España se jactaban de tener en Asturias una de sus plazas fuertes. Aquí no sólo controlaban a los jefes de policía, sino que tenían acceso directo a políticos locales y regionales con puestos de relevancia. Pagaban favores y esperaban a cambio recuperar el tiempo y la inversión con pliegos de concursos elaborados a su dictado. Al menos eso es lo que los cabecillas se contaban entre sí, según se desprende de las escuchas que la policía practicó entre 2017 y 2018 a algunos de los líderes de "Enredadera" y que ahora figuran en el sumario del juzgado de instrucción número 2 de Badalona.

Levantado parte del secreto judicial, se constata, tal y como ha podido comprobar LA NUEVA ESPAÑA, que los investigadores, al hilo de las escuchas, llegaron a considerar a Asturias, como una de las plazas fuerte de la trama. La policía destaca los "Ayuntamientos de Oviedo y Gijón" pero también los planes de expansión "en Siero, Avilés, Mieres, entre otros municipios asturianos". Los investigadores llegan a señalar a los jefes de la policía local de Oviedo y Gijón como "intermediarios y conseguidores de influencia", pero también destacan "el peso de influencia" que tienen dos de los empresarios detenidos, Ángel Luis García Martín "El Patatero" y José Luis Uribarri.

Sobre el papel de "El Patatero" destacan conversaciones como una en la que el empresario leonés se queja de no haber logrado un concurso en Oviedo, se siente "traicionado" por el comisario y se pregunta "cómo le hace esto" después de "haberle estado pagando todo, el palco en el campo del Sporting de Gijón y demás en los últimos dos años". El Patatero avanza que "irá a hablar con el Alcalde y el concejal de Seguridad para que arreglen el tema", adelanta que "el poli se va a ir a la puta calle por necio" y concluye que "en Gijón son mucho más serios que en Oviedo".

Aunque en Oviedo los únicos investigados son el exjefe de policía José Manuel López y el subinspector Fernando Corzo, en las escuchas también cobra relevancia el anterior jefe de Bomberos, José Manuel Torres. El Patatero exhibe este contacto como uno de los principales para acceder a contratos en Oviedo y en Gijón, aunque pasados los meses llega a dudar sobre su eficacia: "Si Torres no funciona, si tal me lo cargo y pongo a otro".

No es el único. En conversaciones con Roberto Legazpi, otro de los empresarios de Gespol vinculados a la trama, el Patatero le explica que cualquier problema "lo soluciona él mismo en cinco minutos", y en esa conversación se jacta de que "irá a comer con Álvarez-Cascos y le hablará de todo". Los investigadores concluyen que la trama trataba en Asturias de "entrelazar diferentes proyectos y obtener posiciones dominantes en los consistorios y demás administraciones públicas asturianas, implicando en la maniobra corrupta tanto a particulares como a funcionarios y autoridades públicas".