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JOSÉ ANTONIO GÓMEZ HACES | Sacerdote y capellán del Club Peñavera

"La sinceridad es la base de la educación de un niño; no debe haber bucles en el alma"

"A los chavales hay que enseñarles a través del fútbol y del deporte las virtudes humanas; a los padres hay que ayudarles a no volverse fanáticos"

"La sinceridad es la base de la educación de un niño; no debe haber bucles en el alma"

José Antonio Gómez Haces nació en Puebla (México), donde estaban instalados sus padres, emigrantes de Porrúa (Llanes), que se marcharon al país azteca, donde vinieron al mundo sus cinco hijos. José Antonio Gómez Haces, sacerdote del Opus Dei, estudió Periodismo en la Universidad de Navarra y lo ejerció intensamente antes de ordenarse.

Nacido en México y regresado a Asturias. "Mis padres se casaron en Porrúa (Llanes) en 1952 y emigraron a Puebla, en México, para buscar un futuro mejor que el que les ofrecía España en ese momento. Allí empezaron a hacer sus negocios y no les fue mal. Los cinco hijos que tuvieron nacimos en tierras mexicanas. Tras la llegada de Fidel Castro al poder en Cuba y ante la amenaza de una cubanización de México se asustaron y decidieron volver a España. En principio pensaron instalarse en Madrid, pero se dio le caso de que no encontraron un piso que se ajustase a sus necesidades. Así que pusieron rumbo a Asturias con la intención de regresar a Llanes. En vez de ir por el puerto del Escudo, a través de Cantabria, hicieron el viaje por Pajares y al llegar a Oviedo, en un día de sol radiante, decidieron que se quedarían. Mi padre había hecho aquí el servicio militar y tenía cariño a la ciudad".

La casa de Marqués de Teverga y el Auseva. "Mis padres encontraron por fin un piso libre en la calle Marqués de Teverga y allí nos instalamos. Así empezó mi nueva vida en Asturias a los ocho años. Primero me mandaron al Auseva y luego a La Gesta; después de nuevo al Auseva. El nivel académico era mas bajo en México que en España y al principio mis padres estaban un poco perdidos a la hora de elegir colegio. Sin duda, el Auseva fue el colegio de mi vida. Pertenezco a la última promoción de PREU. Somos un curso muy unido y aún nos reunimos. Éramos 54 en clase y no se oía ni una mosca volar. Estas Navidades nos juntamos 48 a cenar en el Tenis y nos lo pasamos muy bien. Tenemos nuestro grupo en las redes sociales y estamos muy en contacto".

La aventura de estudiar Periodismo. "Quería estudiar Periodismo y como en Oviedo no había me vi casi obligado a irme a Pamplona. Pertenezco a la primera promoción de Ciencias de la Información. Terminé la carrera en 1976. La Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra fue el primer centro español en impartir enseñanzas de Periodismo con grado universitario. La iniciativa partió de San Josemaría Escrivá de Balaguer que desde joven comprendió la trascendencia de la tarea informativa. Eran cinco años de carrera y al acabar tuve que hacer la mili en Madrid. La verdad es que no me hizo mucha gracia. De aquella ya trabajaba en Barcelona y tuve que dejarlo. Lo más curioso es que mientras me encontraba en el cuartel quebró la empresa que era el antiguo grupo Mundo, con cabeceras como "Diario de Barcelona". Más adelante entré a trabajar en el grupo Recoletos y allí estuve un montón de años como director de marketing. Fueron años muy buenos. Desde 1982 a 1993".

La vocación sacerdotal y la tesis sobre el cine y la Iglesia. "Yo ya pertenecía al Opus Dei y alguien me comentó si había considerado alguna vez en ser sacerdote. Me lo pensé durante dos años, sobre todo porque me daba mucha pena dejar el periodismo. Aunque los directores de marketing sufren mucho, si el periódico no se vende me encantaba mi trabajo. Finalmente, acepté e hice una tesis de Teología sobre la historia del cine, relativa a todo lo que había dicho la Iglesia sobre el séptimo arte, desde 1886 a 1996, con dos encíclicas incluidas. Como dato curioso destacaré que en Italia llegó a haber 15.000 cines parroquiales. Me ordené sacerdote en Roma en 1996 y me vine para Oviedo como capellán del Club Peñavera, donde sigo".

La labor con los pequeños futbolistas. "En Peñavera me volví a encontrar con el fútbol que me encanta. Soy del Real Oviedo y del Atlético de Madrid. Trabajar con los niños es una aventura muy bonita. El deporte, y el fútbol en concreto, hay que humanizarlo y divinizarlo a la vez. A los chavales hay que enseñarles a través del fútbol las virtudes humanas: la cordialidad... todas esas cosas. Lo que pasa es que a veces lo estropean los padres que se ponen un poco fanáticos. Nosotros lo tenemos bastante controlado. Les explicamos que es que es un deporte y que su hijo probablemente no llegará a ser una estrella. Formar y divertir son los grandes objetivos. Me gusta decir que hay que formar divirtiendo y divertir formando".

Educación y virtudes. "La base que debe tener la educación de un niño es la sinceridad. Debe haber una comunicación sincera con los padres, que el niño no tenga bucles en el alma, los bucles en la inteligencia no son buenos. También se debe fomentar el esfuerzo, de forma razonable. Las madres llevan las mochilas de los niños y eso no puede ser. La figura del padre y madre protector no les hace bien a los chavales. Los niños deben tener horarios y hábitos de comportamiento".

El antiguo entoldado. "Uno de los recuerdos que tengo de mi infancia ovetense es el entoldado que estaba en lo que hoy es la calle Arquitecto Reguera, al lado del Reconquista, que aún era el originario hospicio. De hecho, los vestuarios estaban en los bajos del actual hotel. Allí se celebraban combates de boxeo, partidos de balonmano y basket. El techo era un toldo. Daba la impresión de ser una antigua carpa de circo. Fue el precedente del Palacio de los Deportes. Desapareció cuando se abrió la calle Arquitecto Reguera. También íbamos a jugar mucho al fútbol al Campo de Maniobras. Yo era muy malo pero me gustaba mucho. Hoy los jóvenes se divierten de otro modo. El problema del alcoholismo juvenil es muy grave. El alcohol te bloquea para el trabajo, el estudio y para las relaciones humanas".

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