Elena FERNÁNDEZ-PELLO

Los allegados a Íñigo Tartiere Goyenechea no se acaban de creer que ya no está. Asistieron a su funeral, ayer al mediodía en la céntrica basílica de San Juan El Real, y salieron haciendo comentarios de incredulidad. El inesperado fallecimiento del empresario ovetense, a los 53 años y a causa de una infección que resultó fulminante, ha tenido un fuerte impacto entre sus amigos y familiares. Ayer, durante la ceremonia de despedida, con sus cenizas a los pies del altar, lo recordaban por su "jovialidad", por su "optimismo nato" y como a un hombre lleno de proyectos e ilusiones.

El funeral por el director de ventas de Audi en Asturias, miembro de la conocida estirpe de los Tartiere, fue multitudinario. Las naves de San Juan El Real estaban a rebosar y mucha gente se quedó fuera, hasta llenar la plaza. El párroco, Javier Suárez, presidió la celebración y con él estuvo José Luis Fernández Polvorosa, titular de la parroquia de La Fresneda, donde residía Ínigo Tartiere con su familia. En las primeras filas tomó asiento su viuda, Yolanda Alonso, y sus dos hijos, Víctor y Alicia Tartiere Alonso, acompañados por el resto de sus parientes.

A la llegada del coche fúnebre esperaban muchos de los amigos del empresario. Los periodistas Luis José Ávila y Carlos Fuente; el ex alcalde Agustín Iglesias Caunedo; el diputado Ramón Cañal; el director de la revista "Vivir Oviedo" Santiago González-Alverú; el presidente del Real Oviedo, Jorge Menéndez Vallina; el presidente de la Sociedad Filarmónica de Oviedo, Jaime Álvarez-Buylla; el ex presidente de la Federación Asturiana de Empresarios, Pedro Luis Fernández; el presidente de la Fundación musical "Ciudad de Oviedo", Francisco González Álvarez-Buylla (Paquirri); la procuradora y exconcejala de Oviedo Cristina García Pumarino, entre otros muchos, acudieron a despedir a Íñigo Tartiere y a mostrar sus condolencias a la familia.

"Todavía no nos hemos rehecho del impacto doloroso de la muerte de Íñigo de una manera tan súbita e inesperada", reconoció el párroco de San Juan en su homilía. "Íñigo tenía ganas de vivir, estaba lleno de pequeñas ilusiones y proyectos", continúo, y acabó dirigiéndose a la familia: "Guardad siempre en el recuerdo la memoria de vuestro marido y padre, su generosidad, esa jovialidad... Tened seguro que no nos abandona".

El cuarteto "Piacevole" y el coro de cámara "Tesitura", con vínculos de amistad con una de las hermanas de Íñigo Tartiere, acompañaron la celebración litúrgica, que comenzó con el Adagio de Albinoni y acabó con el Himno de Covadonga. Bruckner, Schubert, Mozart y Ennio Morricone, con el tema principal de la película "La Misión", sonaron a lo largo de la ceremonia.

Íñigo Tartiere era uno de los siete hijos de Carmen Goyenechea y Víctor Tartiere, fundador de Tartiere Auto. El pasado miércoles ingresó en el HUCA (Hospital Universitario Central de Asturias) para ser tratado de la infección que, al final, segó su vida.