Martín Almirón, argentino y amante del tango, llegó a Oviedo en el año 2006 y desde 2011 no ha parado hasta lograr que la milonga porteña se instale en la capital. Este es el tercer año que la plaza de Trascorrales reúne a personas de todas las edades y lugares con un mismo objetivo: disfrutar del baile. "El primer año vinieron 200 asistentes, pero en esta tercera edición ya son más de 350 las personas que llegan desde cualquier parte del mundo", afirma Martín Almirón, regente de la academia de baile "La Bombonera" y propulsor del festival "Oviedo Milonguero".

Asturianos, franceses, rusos y belgas, entre muchos otros, se dan citan todos los veranos en la céntrica plaza y durante horas intercambian parejas de baile bajo la atenta mirada del público ovetense que hace un corro para disfrutar del espectáculo. "Llevo viniendo con mi mujer desde el primer año y la verdad es que me encanta el ambiente que se forma. Bailamos tango, milonga y también un poco de vals", comenta Javier Fernández, un clásico ya de este "Oviedo Milonguero".

Todo el mundo está invitado a bailar y ahí se encuentra la esencia principal que busca el argentino, conseguir que cada vez más gente se interese por la milonga y poner a la ciudad en el centro del mapa del tango, un género musical desconocido para la ciudad hasta hace unos años, según cuenta Almirón.

Extranjeros

La jornada de ayer fue uno de los días en los que más curiosos se acercaron para contemplar el espectáculo. Tanto mayores como pequeños imitaron los pasos de baile, unos en pleno centro de la plaza y otros, generalmente los niños, lo hacían por las esquinas. "Muchos ya nos conocemos de varios años y a gran parte de nosotros nos ha unido el tango. Pero lo que más me sorprende y me alegra al mismo tiempo es la cantidad de extranjeros que vienen por estas jornadas de baile que se hacen", explica Beatriz García, instantes antes de salir a bailar con Javier Fernández.