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Arte reincidente en el Antiguo

Israel Sastre prepara una actuación en Santa Ana tras ser retirada su primera obra por el plan de limpieza de fachadas

Arte reincidente en el Antiguo DIANA ARANA

Elena FERNÁNDEZ-PELLO

El plan de limpieza de pintadas en las fachadas del caso antiguo se llevó por delante, además de mucho garabato y manchurrón en las paredes, los murales que Israel Sastre había colgado en Santa Ana, frente al Museo de Bellas Artes de Asturias. El artista, con su reconocible estilo, había colocado sus dibujos en papel en las ventanas tapiadas del muro que se levanta en el martillo de esa calle, con el propósito de embellecerlo y, de paso, generar algo de debate acerca de la naturaleza del arte. Ahora prepara una nueva intervención, con dibujos que ya tiene listos pensando en el mismo emplazamiento.

Sastre explica que aquellas obras no estaban pensadas para durar. De hecho, el papel en el que estaban realizadas era muy endeble a propósito, para que se pudriera o se deshiciera bajo el efecto de las inclemencias meteorológicas. Aquellos dibujos, coloristas y con un punto naif, tenían muchos admiradores. Entre ellos estaba el canónigo archivero de la Catedral, Agustín Hevia Ballina, que confesó que solía pasearse por la calle convertida en galería de arte para contemplar las obras de Israel Sastre. El artista cuenta que, después de que fueran retirados sus murales, se encontró casualmente con el clérigo, que le apremió a que colocara otros nuevos.

Sastre ya lo tenía previsto, aunque no había decidido cuando. "Tengo una remesa de dibujos, voy haciendo, voy haciendo y cuando me entra la venada los pongo", explica. Ahora, empieza a notar ganas y no descarta que en cuestión de unos días, más pronto que tarde, haga una incursión grafitera por el Antiguo. "Voy retrasado por vagancia", reconoce.

Aunque son arte urbano y decoran las paredes de un edificio -más bien, lo poco que queda de él-, los dibujos de Israel Sastre no son propiamente grafitis, porque los hace tranquilamente en casa, sobre un papel que luego adhiere en los vanos cegados de la fachada del martillo de Santa Ana.

Lo que le gusta es compartir esas obras, "sin más, poner un poco de arte en la calle, agradar a los que les gusta y levantar algunas ampollas entre los que no les gusta", comenta. Y generar "algo de controversia", porque tiene por principio que "hay que remover el caldo para que no se pegue la comida".

Sastre quiere seguir resultando imprevisible y no concreta cuándo se podrán contemplar sus nuevas creaciones en la calle Santa Ana. Da por seguro que las habrá colocado para San Mateo, pero no descarta que sea antes. Acaba envalentonándose y termina planteándose que porqué no esta misma semana.

Las fachadas de la calle de la Regla han vuelto a cubrirse de grafitis y pintadas, apenas dos meses después de que el Ayuntamiento diera por acabada la limpieza de los edificios del casco antiguo y sus inmediaciones. En la foto, las fachadas afectadas.

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