Juan Antonio González y su mujer están hartos de encontrarse la puerta del garaje abierta, el ascensor estropeado y papeles tirados en el rellano de la escalera. Viven en un edificio de la calle Padre Suárez, cerca del Ayuntamiento, y alertan de la existencia de al menos tres pisos turísticos en la segunda, cuarta y sexta planta de la casa. Además, creen que hay otra más en el portal de al lado. "Abres la puerta del edificio y te encuentras a familias enteras con hijos, chavales o grupos de amigos cargados de maletas y bultos esperando el ascensor. Es un no parar para arriba y para abajo que genera averías, suciedad y ruido", explica González.

El matrimonio solicitó hace meses una reunión con el resto de la comunidad para exponer el problema, pero no lograron nada. "Poca gente nos apoyó. La comunidad al principio no dijo nada y ahora sufre las molestias de los pisos para turistas. Empieza a darse cuenta de lo que supone. Si la cosa va a peor, es posible que haya una mayoría que se queje". González dice conocer a los propietarios de dos de las viviendas destinadas a alojar turistas. Una pertenece a un profesor de Secundaria que ahora vive en otro lugar. Y otra es de un madrileño que la adquirió a buen precio.

Los vecinos del edificio distinguen entre dos tipos de viajeros: los de verano y los de invierno. "Los turistas que se alojan en esos pisos en invierno son más tranquilos. Yo diría que más responsables. En verano hay de todo y pueden llegar algunos muy ruidosos y descuidados", cuenta Juan Antonio González, que llegó a pedir ayuda al portavoz de la Asociación de Vecinos del Oviedo Antiguo, Juan García. El líder vecinal se reunió hace varias semanas con representantes municipales del PSOE, PP y Ciudadanos para alertar de la, a su juicio, preocupante apertura de pisos turísticos en Padre Suárez y la calle Oscura, y la posibilidad de que los edificios se produjesen altercados. Los políticos tomaron nota y le advirtieron que la actividad apenas estaba regulada porque el Ayuntamiento se rige actualmente por el reglamento de hostales y pensiones para conceder o no ese tipo de licencias.

En la actualidad, el Ayuntamiento se basa en el reglamento de pensiones para aprobar o rechazar las licencias. Básicamente, da luz verde a los pisos que están en un bajo, entresuelo o primera planta, o a edificios completos. El resto queda descartado. Es decir, si alguien quiere alquilar habitaciones a viajeros en un tercero, a priori, no puede. Sin embargo, la justicia le ha dado la razón ya dos veces a los particulares frente al Ayuntamiento de Oviedo. El Juzgado de lo contencioso-administrativo número 3 falló el pasado mes de abril a favor del dueño de un piso turístico y el Juzgado número 2 le dio la razón a otro particular en una sentencia dictada en junio.

No obstante, el gobierno local se ha propuesto luchar contra la subida del precio de las viviendas y la gentrificación. El edil de Urbanismo, Ignacio Fernández del Páramo, estudia desarrollar una normativa que prohiba o limite la apertura de pisos turísticos en el centro y el casco antiguo y que permita hacerlo en los barrios y la zona rural para evitar que los vecinos del Antiguo se vean desplazados por otra población de un nivel mayor adquisitivo.