La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cinco mil euros por tres meses de alquiler estival en Oviedo

El cartero ovetense Miguel Campo, de 53 años, alquila por días a los turistas su piso del Campo de los Patos "para sacar un complemento"

Miguel Campo, en la habitación en la que vive desde hace dos meses por 250 euros de alquiler. LUISMA MURIAS

Miguel Campo alquiló a una pareja de turistas su apartamento del Campo de los Patos el fin de semana del 15 de junio y se fue a vivir a una habitación en el casco antiguo pagando 250 euros mensuales de renta. Volverá a su casa cuando acabe el verano. Calcula que para entonces habrá ganado unos 5.000 euros. Apenas ha habido días en que no haya tenido inquilinos dispuestos a desembolsar precios que oscilan entre los 35 y los 76 euros por noche en función de las fechas. Su vivienda es uno de los 300 pisos turísticos que hay en Oviedo y que se anuncian en páginas web especializadas. El apartamento no es su principal fuente de ingresos porque es funcionario de Correos, pero reconoce que lo alquila "para sacar un complemento" que le viene especialmente bien teniendo en cuenta que paga una hipoteca.

De 53 años y separado, vive solo desde hace tiempo en su piso de una habitación, salón-cocina, baño y plaza de garaje. Hace un año se le ocurrió convertirlo en vivienda vacacional al leer el periódico. "Leí que había pocas plazas de hotel en la ciudad y pensé que a lo mejor podía sacarle rendimiento a mi casa porque está bastante céntrica y bien comunicada", explica. Empezó por alquilarla los fines de semana contando con la colaboración de su hermana, que le permitía ir a dormir a su piso. Luego, la ofreció en puentes festivos, Semana Santa y Navidad hasta que este verano tomó la decisión de sacarla al mercado todo el verano.

Limpieza

"Pongo la entrada a las seis de la tarde porque trabajo de mañanas y me hago cargo de la intendencia en mi tiempo libre. Estoy muy pendiente de los cambios de sábanas y toallas. Ese tipo de cosas. Como sé que la limpieza es muy importante, dejo el apartamento bastante libre de cachivaches. Subo mis cosas al trastero y cuando me toca limpiar tras la marcha de unos huéspedes, me pongo los guantes de látex y 'flis flas'. Lo dejo estupendo en un momento para los siguientes".

El cartero es un "superhost" en la plataforma de alquiler de pisos turísticos Airbnb. Eso significa que sus huéspedes le dan puntuaciones muy altas. Suele recibir a dos personas, matrimonios o parejas que reservan una media de un par días y proceden tanto del territorio nacional como del extranjero sin que predomine un perfil sobre otro. "Vienen muchos ingleses mayores que están recorriendo el Norte del país. Alojé a una pareja de Hong Kong que se enamoró de Oviedo y me pidió hasta la tarjeta. Recibo parejas jóvenes de Madrid y Andalucía, de Estados Unidos y de Latinoamérica. Y también reserva bastante gente que hace el Camino de Santiago".

La licencia turística

El piso de Miguel está en un primero. Entre otras razones, el Ayuntamiento le dio el visto bueno a su explotación como vivienda turística por eso. "Presenté ante la Administración local y el Principado las escrituras, la cédula de habitabilidad, un documento que acredita que la comunidad de vecinos no está en contra y el recibo del seguro de responsabilidad civil, que está en unos 100 ó 200 euros al año", asegura el propietario. El Principado le entregó un número de licencia turística, pero el Ayuntamiento aún no le ha dado la autorización por escrito. "Es probable que sea porque todavía no existe una normativa específica en Oviedo para este tipo de alojamientos", matiza Miguel, que está completamente tranquilo al hablar de la legalidad de su negocio, anunciado también en la plataforma Booking. De hecho, recalca que paga impuestos y que el dinero obtenido lo declara a Hacienda.

Las webs le cobran un porcentaje sobre los beneficios que depende del precio al que ponga la habitación. Por ejemplo y según este funcionario de Correos ovetense, si fija la noche en 50 euros, se lleva limpios unos 47.

A Miguel no le asusta el hecho de que el gobierno local esté elaborando una normativa para restringir el número de pisos turísticos en el casco antiguo y en el centro para evitar una subida del precio de la vivienda y que los vecinos se vean desplazados a la larga por otra población de un nivel adquisitivo mayor (gentrificación). "Me parece muy difícil que en Oviedo haya una gentrificación. No es comparable a ciudades mucho más grandes y turísticas. Tampoco entiendo que sólo dejen abrir estos alojamientos en un bajo o un primer piso. Si no molestan, siempre se puede llegar a un acuerdo".

Compartir el artículo

stats