La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Al Cristo le quedan dos ases en la manga

Los dos centros sociales del barrio del viejo HUCA tratan de sobreponerse a la marcha del hospital y al ritmo decadente de la zona

De izquierda a derecha, Alfredo Otero, Palmira Fernández y Ana Pérez jugando a las cartas. DIANA ARANA

El Centro Social El Cristo I es cosa de habituales. Veteranos como Alfredo Otero y Francisco Lobeto esperan religiosamente a que el conserje abra las puertas para "echar la partida". Hablan, con paciencia, del pasado de un barrio que, con el antiguo hospital en pie, estaba "lleno de bares y vida". Un barrio que, con su desaparición, tiene un futuro incierto, dicen, "por culpa de políticas absurdas".

Cuando se abren las puertas del Centro Social El Cristo I, a cuentagotas, van apareciendo los feligreses. Usuarios que, con la excusa de una baraja, ponen las cartas sobre la mesa para hablar de pasados tan distintos que, en ocasiones, resulta increíble que, tantos años después, solo les separen unas cartas, unas fichas o unas páginas de periódico. Algunos, antiguos emigrantes asturianos que, con destinos tan distintos como Lobeto, que probó suerte en Suiza, o Ana Pérez, que pasó por Cuba o Venezuela, acaban encontrándose, cara a cara como cada tarde desde hace años, en el centro social del barrio. Un centro que, dicen, está bajo mínimos en la época de verano. "Con tanta gente fuera... quedamos pocos, así que nos toca trabajar más y seguimos sin cobrar nada", bromeaba Elpidia Pérez sobre esa media jornada que destina cada tarde a la conversación y la baraja.

La especulación sobre los terrenos del antiguo hospital es uno de los temas clave en las mesas del centro, donde una colección de fotografías de la inauguración del sanatorio conmemora lo que llaman "la época dorada de El Cristo". "Han dejado morir al barrio", "dicen que van a abrir otro centro social donde el helipuerto". "Pero, ¿para qué?", son retazos de las conversaciones que, seguramente mil veces repetidas, se pueden oír entre el bullicio de esas cuatro paredes. Algo que contrasta con el otro centro social que hay escasos metros más arriba y donde lo que reina es el silencio. En un edifico mucho mayor se encuentra El Centro Social El Cristo II, donde, por las mañanas, se acumulan las actividades, pero por las tardes los estudiantes, ya sea por el MIR o las oposiciones, se afanan en su tarea con una alegría infinitamente menor a la que se palpa en el otro centro.

El conserje sufre estoicamente las bromas de unos asistentes tan cariñosos como inmisericordes. Comentarios casi hostiles que, dichos con una sonrisa, revelan relaciones cercanas cultivadas a lo largo de los años. Y es que los usuarios destilan rutina y experiencia. Por ejemplo, uno de los más fieles, el octogenario José Ramón García, además de llevar acudiendo unos 10 años al centro, antes se encontraba al otro lado del mostrador. Antiguo conserje, García no falla un día para leer, en la prensa deportiva, sobre un fútbol que ya no ve, porque dice, "ya lo ha visto todo", incluso "al mejor jugador que ha dado España: Luis Suárez".

Y justamente en la televisión, un partido de fútbol femenino sub-20 ameniza el ambiente, aunque solo unos ojos lo sigan, ojos de un hombre que no comparte su identidad porque está "huido de la justicia", dice con picardía y sonrisa maliciosa.

Los dinamizadores del centro, comentan que "los centros sociales son buenas alternativas a los bares, los bancos o las marquesinas, que son los sitios donde la gente se reuniría de no existir estas instituciones", locales que "además de los talleres y actividades que se ofertan, cumplen una función de socialización que consideramos importante". Dicen que si hay algo que distingue a este centro social del resto de los que hay en Oviedo es la forma de involucrarse de las asociaciones de la zona. En un barrio, que hasta los propios vecinos dan por muerto, hay gente que lucha por revitalizarlo sin esperar por una acción política que, dicen, "puede demorarse demasiado en el tiempo". La Asociación de la Tercera Edad El Cristo/Buenavista y la Asociación Sociocultural Santa Eulalia de Mérida ofertan múltiples actividades que van desde los trabajos con cuero al yoga o el taichí, además de organizar excursiones de un día e incluso viajes con estancias más largas a Galicia y Portugal. La amplia programación del centro adorna sus paredes, donde destaca uno de sus últimos logros, un primer premio en el carnaval de Oviedo de este año.

Compartir el artículo

stats