Las fiestas de San Roque en San Claudio bajaron ayer el telón. Desde hace ocho años, cuando se recuperaron, están subiendo como la espuma. Y detrás de este éxito festivo permanece en segundo plano la persona que fue la impulsora de esta cita veraniega en alza, Javier Villaverde. "Para empezar juntamos al Alcalde, al cura y a las distintas asociaciones vecinales para impulsar esta fiesta, que cada año va a más", comentó ayer a este periódico con la lógica satisfacción.

La celebración de este año certificó la buena salud de la cita festiva del mes de agosto en San Claudio. Ayer, hacia las ocho de la tarde, ya había repartidas por la carpa y el prau de la fiesta sillas y mesas para que se sentaran más de ochocientas personas. "Lógico, ya que sólo de raciones de cordero ofrecemos ochenta, más las de la parrillada y los seiscientos cincuenta bollos de chorizo", detalló Villaverde. Algunos vecinos, incluso, acudieron con sus propias mesas y sillas para garantizar el acomodo. El sábado pasado, cuando se sirvió la "fabadona", unos cuantos vecinos también hicieron lo mismo.

Este año, otra de las novedades fue la "caza del zorro", una práctica de radioaficionados que se recuperó ayer en Asturias después de unos veinte años. Una treintena de participantes recorrieron el municipio para localizar dos señuelos, los dos "zorros" que habían sido escondidos. La Asociación de Radioaficionados Vetusta fue la artífice.