Luis Miguel Méndez era el director invitado a dirigir ayer la orquesta Oviedo Filarmonía (OFIL) en el centro social "El Cortijo", en La Corredoria. Con ese concierto, que hoy se repetirá en el centro social de San Claudio, llega a su fin la programación musical del verano en Oviedo. Fue una actuación concurrida, con mucho público, pero no contaban que iba a ser tan desafortunadamente memorable. Los músicos tuvieron que hacer sonar la música de Mozart, Sibelius y Weber por encima del alboroto del bar del centro social, del que solo estaban separados por una fina mampara, y a punto estuvieron de suspender el concierto.

Siguieron adelante por deferencia a los espectadores que habían acudido puntualmente a escucharles, pero no les resultó fácil acabar entre el ruido que provenía del espacio contiguo, lleno de vecinos charlando.