Las trabas burocráticas continúan poniendo en peligro las fiestas de barrio de Oviedo. Después de que Teatinos retrasase la semana pasada el inicio de sus festejos durante más de una hora por las irregularidades en una carpa del recinto que tuvo que ser retirada, ayer fueron los vecinos de Guillén Lafuerza los obligados a renunciar a una cubierta portátil de 225 metros cuadrados para obtener la licencia de sus celebraciones patronales. En Latores, los promotores de las fiestas de Nuestra Señora del Patrocinio también tuvieron problemas, pero lograron resolverlos a menos de 24 horas del inicio de los actos programados.

La asociación de vecinos y festejos recibió hace una semana la notificación de la existencia de irregularidades en la documentación de la carpa. A partir de entonces, la directiva se puso manos a la obra para regularizar la situación, pero fue imposible. "Estuvimos una semana haciendo papeleos para nada", señalan los promotores. Al final, no les quedó más remedio que renunciar a la misma y exponerse a unas fiestas pasadas por agua. "Si llueve, mal vamos", indica el presidente del colectivo Javier Rubiera.

La sustitución de la carpa por una jaima de 25 metros dedicada a cubrir los equipos eléctricos permitió a los vecinos de Guillén lograr la licencia a las 13.35 horas de ayer, cuando la primera verbena estaba prevista a partir de las ocho de la tarde. "Esperemos que no haya más contratiempos", reconocía Javier Rubiera.

En Latores las alarmas saltaron un día antes. La comisión carecía del permiso definitivo hasta el mismo jueves después de recibir trabas para la instalación de su carpa de 600 metros cuadrados. "Tuvimos problemas con la homologación, pero al final conseguimos resolverlo", explican los organizadores acerca de unos festejos que pudieron comenzar finalmente con normalidad con una corderada que reunió a 140 personas y una verbena nocturna amenizada por la orquesta "Oro" de Cantabria y un DJ.