Leila González Villaverde tiene 30 años y es la hermana de una adolescente de San Claudio que ya ha denunciado en tres ocasiones ante la Guardia Civil que otros jóvenes de su edad la acosan hasta el punto de tenerla atemorizada y de hacer de su vida "un infierno". La menor asegura que esas personas, todos ellos residentes en el centro de acogida para menores extranjeros ubicado en Loriana, la persiguen y le dicen cosas "como que quieren ser sus novios, que quieren tenerla o que se vaya con ellos porque es muy guapa".

Leila González sufrió cuando a su hermana le llegaron a poner "protección" oficial, no entiende por qué no puede andar sola por la calle y tiene miedo a que le ocurra algo. Por eso ha escrito una carta abierta que hoy puede leerse íntegra en las páginas de este diario y que también está a disposición los subscriptores de la edición digital. Comienzá así: "Que tengas 17 años y que no puedas volver a casa sola, me resulta triste. Que vivas en un pueblo y no puedas salir sin que te tenga que ir a buscar o controlar tu familia, me resulta agobiante".

En otro de los párrafos, González explica los miedos a los que se enfrenta su hermana pequeña. "En otras ocasiones, la buscan también por redes sociales para mandarle mensajes y seguir acosándola, generándole miedo y ansiedad", señala. Leila González también denuncia que la familia trató de poner en alerta a los vecinos del pueblo sobre el caso de su hermana durante una reunión, en busca de apoyo, y que les dieron la espalda. "Básicamente lo que se hizo fue ridiculizar a mi hermana", dice en la carta.

La madre de la adolescente también pide que se tomen medidas para acabar con el "infierno" que vive su hija menor. "La tienen aterrorizada. Cuando coincide con ellos en el autobús urbano le soplan al oído y le dicen que quieren ser sus novios, que quieren tenerla y que se vaya con ellos porque es muy guapa. Consiguieron su teléfono y la llaman constantemente, la persiguen... Incluso uno de ellos llegó a cogerla por el brazo en la parada del bus, pero yo estaba esperándola y logré que la soltara y se fuera corriendo", explica Carmen Villaverde, que quiere que su nombre aparezca publicado "para que todo el mundo sepa quién somos y para que se tomen las medidas necesarias antes de que a mi hija pueda ocurrirle algo grave".

Puedes leer aquí el texto completo de la carta.