Neneh Cherry (Estocolmo, 1964) puede que no atesore las cualidades que se le suponen a un artista del escenario grande en unas fiestas populares como San Mateo. Carrera larga pero guadianesca, con poca producción en solitario, trae esta noche a partir de las 21.30 horas en la Plaza de la Catedral las canciones de un nuevo trabajo, "Broken politics", que verá la luz en octubre y del que por el momento sólo se conocen algunos adelantos como "Kong" o "Shot Gun Shack".

En el otro lado de la moneda, lo que la conecta con el gran público, están algunos hits del inicio de su carrera, en especial "Buffalo Stance", de su debut en 1989 "Raw like sushi", y el "Woman" de su segundo LP, "Man", omnipresente en los programas musicales de aquel 1996. Cherry, que tomó el apellido artístico de su padrastro, el magnético y fascinante jazzman Don Cherry, conserva desde entonces ese sesgo contestario. Si en aquella época realizaba un alegato feminista bajo un manto hipnótico de acordes que parecían una versión "trip-hop" del clásico "I put spell on you", ahora también sigue mostrándose movilizada, empoderada, y combativa en su último disco, pop con influencias urbanas muy especiado.

La escasez de producción de Cherry es, además, un mito. Si uno analiza en detalle su carrera verá que entre los salpicados discos en solitario abundan las colaboraciones, desde "Seven Seconds" con Youssou' N'Dour a su trabajo con Burt Ford, su costilla, en "cirKus".