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Las bicicletas también son para el otoño

En el Día sin Coches, la asociación Asturies Con Bici propone cuatro rutas por el concejo para quienes se animen a sumarse al movimiento cicloturista

El embalse de los Alfilorios.

Mañana empieza oficialmente el otoño y la estación invita, por la climatología y por la belleza del paisaje en esa época, a subirse en la bicicleta y perderse por los caminos. Ni siquiera hace falta alejarse mucho de Oviedo para adentrarse en parajes llenos de encanto, bien sea por su riqueza natural o por sus valores patrimoniales e históricos. Lugares como la cascada del Guanga, la iglesia de Santa María de Bendones, los hórreos de Bueño o el embalse de los Alfilorios no quedan a demasiadas pedaladas de la ciudad.

Desde Asturies Con Bici, una asociación de la que forman parte 360 aficionados a la bicicleta, recomiendan a quienes quieran sumarse a movimiento cicloturista que busquen rutas fáciles, sin tráfico y sin mucho desnivel y que empiecen por las que mejor se ajusten a su condición física. "La senda de Fuso es un buen tramo para empezar", afirma David Ripoll, su presidente. A partir de allí, a medida que se adquiera más fondo, se puede alargar la ruta y llegar a Las Caldas, a Olloniego o hasta los concejos vecinos de Ribera de Arriba o Morcín.

Ripoll aconseja elegir rutas bien ajustadas a la capacidad de cada uno, para no aburrirse o cansarse y acabar dejando la bicicleta de lado, desanimados. Para ello la asociación cuenta con un catálogo de itinerarios por toda Asturias, disponibles en su web, y en los que figura un índice internacional -el IBP (Interactive Bicycling Parameters Index)- que indica la dureza de cada uno de ellos, atendiendo al estado físico de quien los va a realizar.

"Asturies Con Bici no es un club ciclista, nuestra filosofía es disfrutar de la bicicleta", aclara Ripoll. La asociación ha colaborado durante estos días en la programación de la Semana Europea de la Movilidad, de la que en Oviedo se ha encargado la Escuela Municipal de Sostenibilidad, con un paseo por la ciudad, una conferencia, organizando un "bicibollo" y con la "biciescuela" que abrirá hoy, el Día sin Coches, en el Campo San Francisco.

La "biciescuela" es una de las actividades que la asociación ofrece regularmente, tanto para niños como para adultos. A lo largo del año se suceden las rutas en grupo, paseos urbanos, los "bicitapeos" -en los que se sale en bicicleta de tapas por una ciudad- y alguna que otra iniciativa para fomentar el uso de la bicicleta entre la población. Las rutas de Asturies Con Bici son para los socios, pero también están abiertas a los que no lo son, que solo tienen que aportar un donativo para ser admitidos en ellas.

Además de su carácter lúdico y su faceta deportiva y saludable, hay otros beneficios del uso de la bicicleta que Víctor López, uno de los socios de Asturies Con Bici, destaca, tal y como se hace durante la Semana de la Movilidad, tales como la reducción de la contaminación o la mejora de la fluidez del tráfico en las ciudades.

VÍAS VERDES DE OLLONIEGO

Esta excursión de cicloturismo es circular y apta para todo tipo de bicicletas. Discurre por entorno urbano, sendas verdes y carreteras locales con poco tráfico. Comienza en la estación de tren de Llamaquique en Oviedo por entorno urbano hasta alcanzar el parque de Invierno. Hay que pedalear por la senda de Fuso de la Reina hasta llegar al desvío de La Manjoya donde se deja la senda. Bordeando una parte del Bosque de La Zoreda , en donde hay un bonito castillo hoy convertido en hotel, hay que dirigirse hacia el pueblo de Picuyanza. A los pies del monte que tiene el mismo nombre hay un cruce de caminos en el que habrá que tomar la dirección a otro pueblo, La Manzaneda.

Comienza la bajada y aproximadamente a la mitad está el monumento al ciclista Alessio Galletti. Se sigue bajando por esta empinada carretera hasta llegar a Olloniego. En este punto es interesante hacer una parada y ver el conjunto histórico, constituido por la capilla de San Pelayo de Olloniego, el puente viejo o "la puente vieya" construido en el siglo XIV y la torre de Muñiz, del mismo siglo, y el palacio de Bernaldo Quirós. La torre circular tenía carácter defensivo y servía para controlar el pago del denominado diezmo que, en el puente viejo se debía abonar a la Iglesia para permitir el intercambio comercial entre la meseta y Oviedo. En el siglo XVI se construyó el palacio, formado por una torre cuadrada y una fachada con portada de grandes dovelas despiezadas radialmente y tres ventanas.

Desde Olloniego se enlaza con otra senda, en la que se pedalea a la vera del río Nalón. Cuando se deja este camino, la ruta se sitúa en el alto de Las Segadas, desde donde desciende hasta Bueño, con cerca de 50 hórreos y paneras y ganador del Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias en 2012. De Bueño hay que ir a Palomar, donde comienza un pequeño desnivel, llegando a la villa de Puerto. Bajando se entra en Caces y poco después a Las Caldas, con su balneario y su castillo. En la glorieta que hay frente a las puertas del castillo se puede girar a la izquierda, hacia San Juan de Priorio y visitar su iglesia, que data del siglo XIII y que está considerada una de las construcciones más importantes del románico asturiano.

Se vuelve a Las Caldas para, tras bordear el campo de golf, enlazar con la senda de Oviedo-Fuso, en la cual comenzó la excursión al principio del día. Volviendo sobre lo pedaleado, se llega a Oviedo, punto final de la ruta. Durante el verano es posible acercarse hasta la cueva prehistórica de la Lluera, a orillas del Nalón, y y visitarla, previa inscripción. Actualmente está cerrada.

VÍAS VERDES DEL OSO Y CASCADA DE GUANGUA

La excursión de cicloturismo por las vías verdes del Oso y hasta la cascada del Guanga es lineal, con inicio y fin en distintos puntos y apta para todo tipo de bicicletas. La ascensión a la cascada de Guangua se realizará caminando y el resto discurrirá, en su mayoría, por la senda verde que va por la antigua vía de ferrocarril y sigue en gran parte el curso los ríos Gafo, Nalón y Trubia.

Como una parte se hace en bicicleta y la otra andando, es recomendable llevar una pequeña mochila y un candado para la dejar la bici segura, además de calzado apropiado para caminar. La parte de pedaleo, es muy fácil, y la de caminar son unos 45 minutos de subida hasta la cascada.

Después de salir de la ciudad de Oviedo por el parque de Invierno y la senda verde de Fuso, se llegará al campo de golf de Las Caldas, hay que cruzar el pueblo, dejar atrás su castillo y el balneario y seguir hasta Caces, donde se enlaza con otra senda verde, la de Fuso-Tuñón, llena de castaños y a la vera del Nalón. Este tramo, que se pedalea sin esfuerzo, es compartido con el tráfico motorizado y además es de bajada, por lo que requiere ir con atención.

Una vez en Trubia, con su Fábrica de Armas, se continuará por la senda, levemente en ascenso y a pocos kilómetros se llega a la localidad de San Andrés. Aquí es donde se dejan las bicicletas, con su candado puesto, y donde comienza la subida a la cascada del Guangua.

La sierra del Guangua o Buanga -se puede denominar de las dos maneras- está localizada en el límite del concejo de Oviedo con Santo Adriano, Grado y Proaza y es ese pequeño cordal que se alza sobre el Valle de Trubia en su margen derecha, en dirección hacia Proaza. El paseo andando por el antiguo Camino Real no es difícil y se hace en menos de una hora, andando despacio. Durante la caminata se pasa por un bosque de castaños, cercano a la Peña Castiellu, y junto a los restos de un antiguo molino.

La cascada del río Guanga, que es un afluente del río Trubia, cae desde una altura de doce metros de altura y, dependiendo de la hora y del tiempo, se puede comer junto a ella, escuchando plácidamente el ruido de sus aguas y disfrutando del idílico paraje, o bien se puede bajar de nuevo al pueblo para comer en un merendero o en algún establecimiento del pueblo.

Después ya sólo queda regresar por la senda de Fuso-Tuñón a Trubia y esperar el tren hacia Oviedo o bien regresar por el mismo sitio de la mañana.

EMBALSE DE LOS ALFILORIOS

La excursión al embalse de los Alfilorios es circular, con inicio y fin en el mismo punto, y apta para todo tipo de bicicletas. Al transcurrir por carreteras con poco tráfico es una ruta estupenda para desconectar. Eso sí, el ascenso desde la villa de Argame se prolonga durante un tramo de cuatro kilómetros de subida constante por lo que es algo duro, aunque si se está algo acostumbrado a andar en bicicleta es asequible.

Sale de Oviedo por la senda del parque de Invierno hacia Fuso de la Reina, por la que antiguamente circulaba el tren hacia Trubia. De camino se puede visitar la antigua estación de tren de La Manjoya. En este punto, hay que desviarse para subir el alto de El Caleyo. Una vez en el alto, se toma la carretera que lleva, en una pronunciada bajada, a Bueño, con sus hórreos y paneras. El más antiguo, en el centro de la localidad, es del siglo XVI.

Desde Bueño, la ruta sigue por Las Segadas por una carretera tranquila y prácticamente llana, exceptuando los últimos 200 metros donde comienza una rampa de un 14 por ciento de desnivel, que se puede subir andando.

Desde ahí, hay que dirigirse hacia Soto de Ribera, cruzando durante el camino dos ríos. En primer lugar se atraviesa el Nalón por el famoso "entrepuentes", para dar a la N-630, con poco tráfico, y en segundo lugar se cruza el Caudal. Se llega entonces al pueblo de Soto de Ribera, aunque no se entra en él, pues justamente antes de cruzar las vías del tren hay que girar a la izquierda por la carretera MO-5 para seguir hasta llegar a Argame. En este pueblo es donde comienza la subida, siguiendo la carretera MO-5, de poco más de cuatro kilómetros que hay hasta el embalse de Los Alfilorios, que se construyó para abastecer de agua potable a las poblaciones de la zona central de Asturias. Desde allí hay unas magníficas vistas del Monsacro, la sierra del Aramo y la Mostayal.

Después de bordear el embalse, se sube un poco más hasta el pueblo de Campo (Peñerudes), con su torreón medieval. Continúa la ruta hacia La Mortera por una fuerte bajada. Desde allí la ruta se dirige hasta Lavarejos, donde se llega al cruce con la carretera AS-360, que hay que tomar para acabar la excursión, tras pasar por los pueblos de Rebollal y La Arquera a Fuso de la Reina. Desde esta localidad se vuelve a Oviedo por la senda verde desde Fuso.

SANTA MARÍA DE BENDONES

La que va a Santa María de Bendones es una ruta lineal, que sale de Oviedo, desde el Parque de Invierno, y finaliza en Colloto. Casi todo el itinerario discurre por carreteras locales, salvo el tramo urbano para salir de Oviedo. El firme es, en su mayoría, de asfalto, lo que la hace apta para todo tipo de bicicletas. Es corta, pero la presencia de algunas subidas pronunciadas exige estar mínimamente en forma.

Después de la incorporación a la senda verde del Parque de Invierno, a la altura de la Manjoya, se coge el desvío hacia la izquierda por la Senda Fluvial del Nalón. Es un trazado llano, con un ligero desnivel a favor. Justo antes del desvío podemos ver la antigua estación de tren de La Manjoya. Luego comienza el ascenso hacia Picuyanza. La subida por la carretera rural ofrece una vista espectacular de la sierra del Aramo. En el primer tramo hay que escalar un fuerte repecho, que poco después se vuelve suave. En el pueblo de Picuyanza se desvía otra vez por otra fuerte subida que al acaba brinda una excelente panorámica de Oviedo y una divertida bajada.

Continúa el pedaleo por la carretera hasta llegar al pueblo El Cruce, muy cerca ya de la iglesia prerrománica de Santa María de Bendones. El acceso a este tesoro arquitectónico incluye la bajada por una cuesta pronunciada.

Santa María de Bendones fue usada como polvorín de las fuerzas republicanas durante el cerco a Oviedo, explotó y quedó reducida a escombros. Fue rehabilitada después de la Guerra Civil por Luis Menéndez Pidal, que añadió la torre del campanario.

Para volver a la ruta hay que retroceder y deshacer el camino, ahora por una empinada subida. Este tramo se puede hacer en bicicleta muy despacio o andando. Luego hay que tomar la carretera hacia Faro, con algunas bajadas alternadas con suaves subidas. En ese pueblo, de hondas raíces alfareras, también se puede hacer una parada. Hoy solo queda el taller del alfarero José Vega Gutiérrez, conocido como "Selito".

Lo más duro ya quedó atrás y el trazado se adentra a partir de ahí por carreteras rurales con paisajes muy característicos de la Asturias verde.

Naturaleza y cultura coinciden en este paseo que en un suave descenso conduce, pasando por Limanes, hasta el fin del mismo en Colloto.

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