En el estilo más genuino del concejal de Cultura, Roberto Sánchez Ramos, "Rivi", resumió ayer el éxito de este San Mateo con una cita clásica: "La respuesta, decía Dylan, está en el viento. La respuesta de las fiestas está en los miles y miles que lo están disfrutando. Ya no son del Ayuntamiento, son de la gente".

Según Sánchez Ramos, en esta última edición de San Mateo se ha atendido, más que nunca, a las distintas peticiones de la ciudadanía. El Alcalde secundó el balance positivo y afeó a los que vaticinaban un fracaso. "La ciudadanía", señaló Wenceslao López, "se ha echado a la calle a disfrutar, hubo escenarios para los mayores y para los pequeños, los fuegos fueron preciosos y estaban a tope, con gente joven, básicamente". "La pena", concluyó el Alcalde, "es que las fiestas van acabando, porque la gente está pasándolo bien".

López agradeció el esfuerzo de Cultura, encargada de organizar por primera vez las fiestas ante la ausencia de la SOF. "Hubo complicaciones pero aquí estamos. Es un éxito cuando decían que sería un fracaso; unos se dedican a hablar en negro y otros, a divertirse", concluyó el Alcalde.

Rivi abundó en las claves. Explicó que se habían atendido "otras sensibilidades del campo de la música, con más de 130 actuaciones" y prometió orientar en ese sentido próximas programaciones.

El concejal de Cultura también anunció que la SOF tendrá a finales de octubre "a más tardar" una nueva junta directiva y comenzará a encargarse de asuntos como el Día de América u otras programaciones.

De momento, hasta que no ser produzca ese relevo, la situación de interinidad en la SOF siguió dejando ayer nuevas situaciones chocantes. A lo largo de la mañana, a varios socios que habitualmente pagaban en la plaza de España la cuota para recoger el bollo, como María Teresa Vázquez, veinte años en la sociedad, se les negaba la comida por no estar en la lista. Las protestas de otros, como María del Mar Ornia, que pidió socorro al Alcalde, acabaron por cambiar el criterio sobre la marcha. A partir de las doce y media a este tipo de socios se les empezó a entregar bollo y vino tras tomarles los datos para pedirles, otro día, el pago de la cuota.