"La clausura de la Perdonanza dio origen a estas fiestas ruidosas de San Mateo", puso de manifiesto el deán Benito Gallego durante la misa mayor celebrada ayer al mediodía en la Catedral y dedicada al Evangelista. Se refería a que era el fin del Jubileo de la Santa Cruz lo que la ciudad celebraba con estos festejos, un día que casualmente coincidía con la festividad de San Mateo. Y uno de los pocos del año en los que el Sudario, la reliquia más valiosa de la Catedral, sale de la Cámara Santa para ser venerada en el Altar Mayor.

El rito se repitió un año más, con el templo rebosante de fieles, y con una multitud expectante ante la posibilidad de rezar o simplemente de fotografiar el Sudario.

El deán presidió la misa, ante la ausencia del Arzobispo Jesús Sanz. "Hoy es fiesta grande, día de alegría y convivencia", dijo Benito Gallego, pero añadiendo que la Iglesia tiene presentes siempre a los desfavorecidos "por el paro, la enfermedad o la falta de futuro" y pidiendo "altura de miras para los que gestionan el bien común". A la misa de San Mateo asistieron, sentados en la primera fila, los concejales de la oposición municipal, una amplia representación del PP, con el ex alcalde Agustín Iglesias Caunedo al frente, y Luis Pacho, de Ciudadanos.

La Schola Cantorum de la Catedral, dirigida por Leoncio Diéguez, acompañó el momento más solemne de la ceremonia, la exposición del Sudario, con el Miserere tradicional.