El buen tiempo permite a los bares nocturnos tomar oxígeno, pero la falta de atracciones durante los días laborales y la "competencia desleal" de los chiringuitos les impide completar los objetivos marcados para las fiestas de San Mateo. Los empresarios de las principales zonas de movida de la ciudad reconocen "cierta recuperación" en las ventas respecto en las ediciones pasadas de las celebraciones, pero lamentan no poder hacer su particular agosto debido a la escasez de trasnochadores por semana y a que, acusan, los chiringuitos del antiguo "incumplen los horarios".

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En general, los titulares de los bares de copas aprecian un repunte en el número de visitantes en todos los escenarios festivos, pero aprecian grandes desequilibrios entre los fines de semana y vísperas de festivos y el resto de las jornadas. "Los fines de semana estuvieron muy bien, hacen falta más reclamos y conciertos importantes para levantar el lunes y el martes de las fiestas", destaca Pepe Reina, propietario de un establecimiento en la Corrada del Obispo, quién también reclama un mayor control a los horarios de los chiringuitos históricos. "Cierran más tarde de lo permitido por norma general e invaden la franja horaria en la que deberían dejar paso a los bares", apunta Reina.

Otros reconocen que se detecta un mayor ambiente en las calles, pero sólo en determinadas zonas de la ciudad. "Hubo hasta ahora más gente que el año pasado, salvo en los bares alejados de las zonas de más bullicio", explica Víctor Naves, titular de dos establecimientos hosteleros en el centro de la ciudad, quién aplaude especialmente la iniciativa de las casetas hosteleras del Bombé. "Todos los establecimientos próximos al Campo San Francisco se beneficiaron de la gran acogida de las casetas, el resto no tanto", destaca.

David García, titular de un local en la calle del Rosal desde hace 19 años, considera que esa zona es una de las más castigadas por la falta de una programación más atractiva para los festejos. "En mi caso, es el peor San Mateo que recuerdo", declara, especialmente crítico con los diseñadores de la programación festiva. "La desidia y el simplismo en la organización tanto por este gobierno como el anterior dan como resultado unas fiestas poco atractivas", sostiene, a la vez que apunta al "botellón" y la escasez de conciertos de enjundia como motivos de que las fiestas se limiten a la oferta de los chiringuitos.

Buen tiempo

También hay quién atribuye todo el mérito a la meteorología. "Hubo una leve mejoría por el buen tiempo, pero no se aprecia una recuperación de las ventas a niveles de antaño", señala el dueño de una discoteca de la calle del Peso, Miguel García, más conocido como "Miguelo". Para el empresario, la desaparición de algunos chiringuitos como el Topu Fartón ha supuesto un pequeño aumento de las ventas, aunque también admite una ligera mejoría en la programación. "Se nota que la fiesta está un poco más ambientada", sostiene.

Entre los más optimistas se sitúa Ceferino Verdasco. El titular de un establecimiento de la calle Mon aplaude el resultado de algunos conciertos de la plaza de la Catedral como el "Izal" el pasado domingo o el del lunes de "Desakato". "El martes fue el día más flojo, pero el resto parece que fueron mejores", aunque asegura que aún debe "echar números".

Verdasco destaca la gran concurrencia a su local durante el pasado fin de semana y en la noche de los fuegos, además de más afluencia durante el resto de días. Ayer esperaba poner la guinda a unas buenas fiestas. "Esperamos una noche espectacular", indicó.

Entre los más optimistas se situó también algún hostelero que aplaudió la flexibilidad municipal respecto a los horarios de cierre. "Algunos días estamos cerrando algo más tarde para compensar el agravio de competir con los chiringuitos", comenta un hostelero que prefiere no desvelar su identidad.