"Estamos de centenarios, con la coronación canónica de la Virgen de Covadonga y también del parque nacional, al tiempo que celebramos los mil trescientos años del comienzo del Reino que comenzó con una reconquista, que aún está inacabada. Y hoy, además, celebramos el 800.º aniversario de la fundación de la Orden de la Merced, que en Oviedo tiene su sede en esta basílica". Así comenzó ayer por la tarde el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, su homilía en la basílica de San Juan el Real.

Una jornada en la que la Hermandad de Jesús Cautivo, con sede canónica en la basílica y que tiene como cotitular a la Virgen de la Merced, celebró tan señalada fecha con una procesión extraordinaria que se inició a las 19.15 horas y que discurrió por las calles Melquíades Álvarez, Uría -en la que se hizo una emotiva ofrenda de las Siervas de Jesús a la Merced-, para continuar por Doctor Casal, desde donde regresó a la basílica un poco antes de las ocho de la tarde.

La imagen de la Merced entró de espaldas en la basílica, portada a hombros por hermanos de Jesús Cautivo, y así continuó su recorrido hasta llegar hasta el altar mayor.

La Banda de Cornetas y Tambores del Cristo de la Piedad, que acompañó durante toda la procesión a la Virgen de la Merced, contribuyó a darle una mayor solemnidad con sus notas procesionales. Durante todo el recorrido cientos de personas arroparon a la procesión extraordinaria.

Los Infantes de Getsemaní, de esta hermandad, y los representantes de las cofradías de la Semana Santa ovetense contribuyeron con su presencia a dar más realce aún a la procesión extraordinaria.

Además, los fieles llenaron la basílica durante la eucaristía, que estuvo presidida por el Arzobispo, que animó a los presentes a continuar siendo fieles y guardianes de su fe en Cristo. La de ayer fue una jornada piadosa en la que Oviedo se volcó con la Merced.