Luis Alberto de Cuenca debuta hoy en la presidencia del jurado del Premio "Emilio Alarcos" de Poesía, cuyo fallo se hará público esta tarde, a las 19.00 horas, en el palacio del Conde de Toreno. El poeta ha conseguido abrir un hueco en su agenda para estar en Oviedo, aunque no llegará a tiempo para el homenaje que la Cátedra Emilio Alarcos ha organizado a las 12.00 en el campus del Milán, en homenaje a León Felipe.
- ¿Ilusionado con su nueva encomienda?
-Mi presencia en Oviedo obedece a la ausencia de Luis García Montero que, tras su nombramiento como director del Instituto Cervantes, no puede llevar a cabo este tipo de actividades. Y yo estoy encantadísimo.
- ¿Trató a Emilio Alarcos?
-Él presidió el tribunal de mi oposición al Centro Superior de Investigaciones Científicas en 1978, así que es una persona importantísima para mí. Lo traté poco pero me pareció siempre campechano, inteligente. Sus contribuciones lingüísticas están totalmente vigentes. Los grandes sabios como él son presencias permanentes en nuestra cultura.
- ¿Y qué piensa usted de los premios literarios? ¿Son útiles?
-España es el país del mundo con más premios literarios, y son una ayuda para mucha gente joven que no tendría manera de publicar de otro modo. Hay una sobredosis de premios, pero es que en España la mayoría de la gente tiene un libro de poemas escrito y metido el cajón.
- ¿Se escribe y se lee más?
-La nueva poesía ha invadido la escena cultural, con un eco que no tenía, sobre todo entre la gente joven, con poetas y cantautores. Hay un fenómeno de masas, con poesía de buena y mala calidad, y el paso del tiempo ira filtrando.
- ¿Qué lee un Premio Nacional de Poesía como usted?
-Muchas novelas de genero; tengo un clásico encima de la mesilla de noche y libros de historia antigua y medieval.
- ¿Qué clásico?
-Cicerón, estoy releyendo "De Senectute", quizás porque me voy adentrando en esa etapa de mi vida, en latín original. Resulta más moderno que autores actuales. Es uno de esos clásicos perennes. El latín y el griego deberían ser obligatorios para todos los bachilleratos, ayudan a conocerse a uno mismo, pero es difícil recuperar el terreno perdido. Sin los clásicos se pierden las referencia que nos hacen sentirnos ubicados, la identidad que nos acompañó y los valores que configuraron nuestra cultura occidental.
- Es lector de clásicos y de cómics.
-Sí, y acabo de publicar "Viñetas de plata", un libro con 15 poemas ilustrado por Laura Pérez Vernetti. Y el 16 de octubre estaré en una mesa redonda sobre Scorsese en Oviedo, en el marco de los Premios "Princesa de Asturias", con Eduardo Torres Dulce. Soy muy cinéfilo.
- Tiene una gran curiosidad.
-Si desaparece estás acabado. Hay que morirse, pero con curiosidad.
