Tras una semana de toma y daca entre los concejales de Somos Oviedo, encabezados por la Vicealcaldesa del Ayuntamiento, Ana Taboada, y los sindicatos, la oposición o incluso sus socios de Gobierno, a cuenta de los problemas con la plantilla municipal, la formación quiso dejar claro ayer de que sus críticas no constituyen una causa general sino un intento de "atajar" casos concretos, cuestiones puntuales.
La Vicealcaldesa prefirió guardar silencio tras las declaraciones del concejal de Personal, Iván Álvarez, en las que este le retaba a dar nombres y apellidos de los trabajadores que dañan el funcionamiento de la administración. El edil de Economía, Rubén Rosón, sí hizo declaraciones pero tampoco quiso contestar directamente al concejal de IU, que llegó a pedir una Junta de Gobierno extraordinaria junto a los sindicatos para analizar la situación. Rosón se remitió a las palabras dichas con anterioridad por Taboada de que "no se trata de una causa general", y añadió que su formación está recibiendo, de hecho, "mensajes de apoyo de los trabajadores". "El problema", resumió Rubén Rosón sobre las críticas de Taboada, "está en quién se da por aludido".
En todo caso, Rosón reiteró, como mensaje a sus socios de Gobierno, el empeño de su formación en "atajar determinadas situaciones" que se vienen produciendo en la plantilla y pidió a PSOE e IU "valentía" en este propósito a pesar de "las dificultades".
Rosón no quiso ir más allá en sus declaraciones tras el reto de IU a poner nombres y apellidos al personal municipal que, supuestamente, está poniendo palos en la rueda del funcionamiento de la administración. No obstante, según ha podido comprobar este periódico, a la petición de Izquierda Unida de que se señalen las personas o áreas donde hay problemas para abrir los correspondientes expedientes, desde el gobierno municipal ya se han tratado de tomar medidas en varias ocasiones con resultados infructuosos.
Así, consta que hay peticiones de aperturas de expedientes informativos a varios trabajadores de la casa a los que no se les ha dado curso. La casuística es amplia y resulta difícil concluir quién o quiénes son los responsables de que estas investigaciones no se hayan puesto en marcha. A veces puede depender de un concejal pero en muchas otras ocasiones los ediles no pueden actuar si no hay un informe avalado por un jefe del servicio correspondiente.
En ese contexto, tampoco se pudo llevar a cabo de momento una auditoría en el área de Deportes para conocer en detalle la situación del inventario de la maquinaria en los distintos equipamientos deportivos. Otras investigaciones para depurar responsabilidades por los distintos fallos que han acabado por tumbar en los tribunales determinadas decisiones del tripartito (como la no publicación en un medio escrito de las nuevas ordenanzas fiscales) también están, de momento paralizadas.
Existen también casos de personal municipal, no funcionarios, que estaban adscritos a determinados servicios hoy desaparecidos, y a los que se ha pedido, sin éxito, que dejen de trabajar en el Ayuntamiento.
Un último ejemplo sobre las dificultades de control interno de la casa municipal se vieron al hilo del caso "Enredadera", la supuesta trama de amaño de contratos de tráfico. Aunque se pidió realizar una auditoría de los contratos afectados por esta investigación en los últimos años, el equipo de Gobierno ha tenido que recurrir a apoyos externos para llevarlo a cabo.
