La actuación prevista en el edificio de acceso y de oficinas de la fábrica de armas de Trubia se centrará en el adecentamiento general del inmueble, deteriorado por el paso del tiempo y por las reparaciones que se han realizado durante el último siglo, como, por ejemplo, la sustitución de las antiguas ventanas por otras de aluminio que nada tienen que ver con el aspecto original de esta construcción. Las inspecciones del inmueble que se han llevado a cabo en los últimos tiempos, antes de conocerse el interés de General Dynamics-Santa Bárbara por remozarlo, han confirmado que su estructura se encuentra en un estado de conservación perfecto, tanto en lo que se refiere a las estructuras verticales como a las horizontales.

Los mismos informes señalan que cualquier actuación en este edificio debe conservar la composición actual de la fachada, el pavimento del hall y la planta baja, el mobiliario de la biblioteca, la escalera principal, las carpinterías interiores, los cañones que flanquean el paso cubierto o la escalera principal. El proyecto encargado por la compañía ha tenido en cuenta estas medidas, así como las planteadas por las autoridades autonómicas de patrimonio histórico industrial.

Antes de lanzar la reparación del edificio de acceso a la factoría trubieca, Santa Bárbara procedió a la demolición de la antigua central eléctrica del complejo, ya que, según los portavoces de la empresa, este equipamiento se encontraba en ruinas y suponía un riesgo para la seguridad.