"Hoy en día ya no es raro encontrar violistas españoles en las mejores orquestas nacionales e internacionales". Lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA Luis Magín Muñiz Bascón, catedrático del Conservatorio Superior de Música de Asturias, presidente de la Asociación de Violistas de España y autor del libro "La enseñanza de la viola en España. Un estudio sobre su historia y principal obra didáctica", que es su tesis doctoral.

El libro tiene entre sus objetivos destacar la notable contribución española al estudio de la viola, instrumento de amplia sonoridad, que mucho tiempo estuvo considerada una especie de hermana pequeña del violín, hasta el punto de que su enseñanza se dejaba en manos de violinistas.

Las cosas han cambiado, tanto que el profesor Luis Magín habla de "una segunda edad de oro de la viola en España". De hecho, el primer método europeo para el instrumento lo escribió en el siglo XVIII el español José de Herrando, que alrededor de 1760 publicó la obra "Diferentes lecciones sobre la viola".

Fue el Conservatorio de Bruselas el que designó al primer profesor de la especialidad, tras la I Guerra Mundial, cuando la viola se empezó a asentar en España y en el resto de Europa, tal como relató Luis Magín.

Ramón Sobrino, catedrático de Musicología de la Universidad de Oviedo, destacó el carácter multidisciplinar del profesor, "que sigue el modelo anglosajón que permite que un músico además de tocar también se ocupe de cosas tales como cuidar su imagen o estar en los medios; una forma de entender la música que transmite a sus alumnos", indicó.

Sobrino también hizo hincapié en las cada vez menos marcadas fronteras entre la docencia, la investigación y la interpretación, aspectos que combina Luis Magín, y en los que también incidió Julio Ogas, profesor de Musicología de la Universidad de Oviedo, director de la tesis de Luis Magín, que fue profesor del Conservatorio de La Coruña, antes de incorporarse al de Oviedo, en 2004.

Para Luis Magín tiene un significado especial el Concierto para viola de Telemann, el primero que tocó acompañado por una orquesta. También fue importante su paso por los Yale Chamber Players y ser primer viola de la Orquesta de Cámara Galega y viola principal de la Orquesta de Cámara Ibérica, entre otras muchas experiencias. El libro ha sido acogido con los brazos abiertos por la crítica musical. Está llamado a ser una referencia fundamental sobre un tema ignorado en la historiografía musical.

El trabajo supone la oportunidad de poder poner de manifiesto la importancia de un libro que trae a un primer plano un instrumento tradicionalmente relegado a un ámbito secundario.