El arquitecto técnico Mario Pevida, gerente de Pevida Construcciones y Proyectos, es especialista en el estándar de eficiencia energética conocido como "passivhaus", al que la Fundación del Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Asturias dedica hoy una jornada técnica centrada en las experiencias que se han llevado a cabo o están proyectadas en el Principado. En concreto, Pevida ha aplicado el "passivhaus" en la recuperación del edificio número 58 de la calle Uría, que fue pasto de las llamas en el incendio del día 7 de abril de 2016 que se cobró la vida del bombero Eloy Palacio. Una máquina del tamaño de una nevera se encarga de controlar el sistema "passivbaus", que logra los máximos estándares de confort con un importante ahorro energético. Baste un ejemplo: no es necesaria la calefacción para mantener el inmueble a 20 grados.
- Cómo definiría el "passivhaus y a qué achaca sus beneficios?
-Se trata de un estándar de construcción que marca unos criterios a la hora de establecer la edificación basada en cinco principios. El principal de todos ellos es contar con un buen aislamiento y muy buenas carpinterías, así como con hermeticidad, una ventilación controlada y una orientación adecuada. Esas son las claves.
- ¿Merece la pena el "passivhaus" desde el punto de vista económico?
-Los edificios que cuentan con este estándar logran un ahorro energético que llega al 40% como mínimo, combinado con los más elevados criterios de confort y bienestar para quienes los habitan. Y es que no hay condensaciones, la ventilación se encuentra permanentemente filtrada y el aire está limpio.
- ¿Va calando en Asturias, aunque sea poco a poco?
-En vivienda unifamiliar hay un mayor desarrollo, con cinco o seis que ya están levantadas y certificadas. El edificio de la calle Uría es el primero de oficinas y viviendas en altura de la región. Cada vez se nota un mayor interés por este estándar de construcción. La industria se está metiendo y ya somos más. Estoy convencido de que más temprano que tarde acabaremos todos por el mismo camino.
- ¿Ya tienen el certificado final de "passivhaus" para el edificio de Uría 58?
-Sí. Con ese estándar hay que documentarlo todo, desde que se inicia el proyecto y la obra, en el transcurso de los trabajos y, luego, cuando se termina la actuación. La documentación se envía a Alemania para que den constancia de que todo está en orden y de que se cumplen los requisitos. Por así decirlo, hay que probar que se llegó a la meta. Además del certificado te dan una placa, que no deja de ser una simple placa, pero que representa muchas más cosas. Es el reconocimiento a muchas horas de trabajo bien hecho, porque el "passivhaus" obliga a ir midiéndolo todo. No hay nada que no esté controlado para lograr la mayor calidad con el máximo ahorro energético.
- ¿Recomendaría a las administraciones públicas que apliquen este estándar a sus edificaciones?
-Por supuesto. De hecho, hay una promoción del gobierno del Principado que se va a desarrollar en Muros de Nalón con "passivhaus". Entiendo que las administraciones deberían promocionar este tipo de edificaciones, para que todos en el sector fuésemos detrás. Y es que, al final, todo esto redunda en beneficio del ciudadano, del confort, del bienestar y también de la economía.
- La Fundación del Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos organiza esta tarde una jornada sobre construcción sostenible y "passivhaus". ¿Cómo la valora?
-Es muy positivo e interesante para dar a conocer lo que se está haciendo en la región en esta materia. Por nuestra parte, explicaremos el proyecto que se ha desarrollado en la calle Uría y que ya está lista, pero también se presentarán otras iniciativas llevadas a cabo en Gijón y en Muros de Nalón.
