Al Pleno de octubre, celebrado ayer por la tarde, no le faltó color ni agitación. Y no fue tanto por que cada vez "huele más a urna", como ironizó en varias ocasiones el concejal de Ciudadanos Luis Zaragoza, sino porque la propuesta de urgencia presentada por el PP para "reprobar" las declaraciones de Ana Taboada sobre la plantilla municipal se tradujo en un despliegue de apoyos de diputados de Podemos y afines a la formación morada y a su marca local entre el público del salón de plenos, con mucha pancarta y hasta algún disfraz.

La polémica sobre los supuestos trabajadores que ponen palos en la rueda al tripartito, según denuncia la teniente de alcalde, siguió creciendo ayer, y aunque la propuesta de los populares no llegó a debatirse, la votación de su urgencia permitió a Taboada reincidir en el asunto y reclamar un Pleno monográfico "para saber qué está pasando en el Ayuntamiento".

Taboada, sin referirse de forma explícita ni dar nombres concretos (el "secreto a voces", como sugerían varias pancartas, en las que también se leían lemas del tipo "funcionario opositor no debe ningún favor" o "funcionarios sí enchufes no") aludió al "lastre del enchufismo", que había dejado la transición en España y del que luego se había pasado al "clientelismo". En lugares como Oviedo o Llanes, donde se instauró un mismo régimen durante mucho tiempo con distintos partidos políticos, explicó citando al periodista Xuan Cándano, "es habitual que impere el clientelismo". Y a renglón seguido defendió sus declaraciones de la semana pasada e insistió en ellas: "Lo único que he hecho es defender lo evidente, y ustedes vienen a cargarse al mensajero", dijo en alusión al PP. "No les gusta", siguió Taboada, "pero no nos vamos a callar, porque la cadena de errores del Ayuntamiento no entra dentro de lo razonable, y lo razonable es averiguar lo que pasó". En ese punto fue cuando invitó a los populares a que le acompañen en la celebración de ese Pleno monográfico que Somos solicitará de forma oficial. En la cabeza de Taboada ya hay una idea de cómo se podría desarrollar, con la intervención, dijo de "todas las personas que puedan, como Gabino de Lorenzo y todos sus íntimos colaboradores".

Sus últimas palabras quedaron sepultadas por los "¡bravo!" de sus seguidores entre el público (el secretario regional Dani Ripa, el de Oviedo, Dani Latorre, o el diputado Andrés Ron, entre otros) y las protestas del PP. Antes de su intervención, el concejal popular Gerardo Antuña también había recurrido a la cita, la de la histórica archivera de Oviedo Palmira Villa en este caso, para su exposición. La archivera decía que "los políticos son el agua y los funcionarios la piedra que queda" y la reflexión dio pie a Antuña para atacar las palabras de Taboada por resultar "inadmisibles". "Lo dicen todos los sindicatos", enumeró el edil del PP, "y no sólo los sindicatos, también muchos de los que están aquí sentados, allá donde no se les oye; incluso el Alcalde ha declarado que no compartía sus palabras".

Antuña anticipó que no habría debate y se equivocó en lo de que "pondrá a uno de sus pretorianos" a defender que no hay urgencia, porque Taboada sí le dio la réplica. Tras los bravos y la votación para descartar el asunto, la sala se fue despejando de pancartas y de los diputados de Podemos.

La sombra de la polémica funcionarial sobrevoló, no obstante toda la sesión. Incluso desde el principio, cuando Ana Rivas defendió, presentó y vio como se aprobaba el nuevo reglamento de transportes. El propio Gerardo Antuña, cuando le tocó intervenir sobre esta nueva normativa antes de su aprobación, había aprovechado para mostrar su apoyo "a los funcionarios de transportes", en vista, comentó irónico de que "parece que hoy vamos a hablar todos bien de los funcionarios"