Los versos de Federico García Lorca, algunos de sus textos teatrales y el piano que tanto gustaba al escritor y poeta granadino sonaron ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, que por primera vez se sumó a los actos de la Noche Blanca de Oviedo, con un homenaje al autor andaluz.

El acto en honor a Lorca fue sencillo y elegante, hecho de palabras y música. Sonó en la voz de la periodista Azucena Vence, que recitó textos de diferentes obras del poeta y dramaturgo, seleccionados por el escritor Ovidio Parades, coordinador de la actividad.

Entre ellas no faltaron fragmentos del "Romancero gitano", "Bodas de sangre", "Poeta en Nueva York" y "Doña Rosita la soltera". La música corrió a cargo del pianista Richard García Parades, que interpretó con delicadeza composiciones de Leonard Cohen y "The Beatles", entre otras obras que sirvieron de telón de fondo a los recitados.

Otra de las sorpresas de la noche fue escuchar a Azucena Vence cantar "La Tarara", en una versión arreglada por Richard García, que supuso un guiño a la literatura infantil que también cultivó Lorca. El poeta y dramaturgo nació en Fuente Vaqueros, (Granada), el 5 de junio de 1898 y fue asesinado en el camino de Víznar a Alfacar, en la misma provincia, el 18 de agosto de 1936. La relación de Federico García Lorca con Asturias fue intensa y se remonta a la época de la Residencia de Estudiantes, donde mantuvo una buena amistad con el musicólogo Eduardo Martínez Torner.

En otra visita a la región pronunció una conferencia en el Ateneo Obrero de Oviedo el 14 de diciembre de 1930; en ella trató sobre "La arquitectura del cante jondo". En la villa de Grado conoció a Pedro Meleiro, que le habló de las nanas asturianas. Grado fue la primera localidad asturiana en la que actuó "La Barraca", la compañía teatral de Lorca.