El turno de preguntas de la conferencia de Emilio Sagi trajo el inevitable debate sobre las actualizaciones de las óperas. "¿Demasiado moderno, no se altera la esencia?". Sagi fue rotundo. No. "Todas las modas cambian con los tiempos", reflexionó. "Y si se hiciera hoy en día una puesta en escena de Wagener como se hacía en su época, nos daría la risa, sería como de los hermanos Marx. A la gente joven le haría mucha gracia ver a una Valkiria con cascos y cuernos. Eso ya no se hace, es un horror".

Bromas aparte, Sagi defendió que "la modernización tiene que ser coherente" y contó una anécdota de la esposa de Ibarrola. "Cuando estuve en el País Vasco me hice muy amigo de Ibarrola y su esposa, y ella me contaba que sus amigas estaban todo el día preguntándole por lo que pintaba su marido, que si era raro y por qué no pintaba marinas. Ella les contestaba con otra pregunta: ¿tú mueles café con el molinillo como tu abuela? ¿Te vistes como ella? Todo cambia. Y el arte no tiene límites, ni censura. Eso lo pone el tiempo. Y quedará lo bueno".