La sidra empezó a escanciarse en la calle Gascona en 1951, en El Ferroviario. Pero no fue hasta 1998 cuando se creó la marca Bulevar de la Sidra, que en la actualidad agrupa a trece establecimientos hosteleros y que, según el presidente de la asociación que los une, Francisco Colunga, genera 290 empleos directos "y muchos más indirectos". El idílico panorama hostelero y económico esconde un problema: las molestias que denuncian los vecinos de la misma calle y de la adyacente Indalecio Prieto, que se quejan de aglomeraciones, ruido, suciedad e infinidad de molestias ocasionadas por la actividad hostelera de unos negocios que, según ellos, cuentan con la permisividad del Ayuntamiento.

Gascona es el ejemplo de la complejidad de aunar los intereses turísticos y empresariales de una ciudad con el derecho al descanso y a una vida apacible de los vecinos. Unos lo llevan a extremos, con denuncias y carteles en las ventanas, y otros, los hosteleros, intentan calmar los ánimos ofreciendo colaboración. Si la calle Gascona fuese una empresa, estaría en el número 68 por tamaño entre las asturianas y en el puesto 5.067 del escalafón nacional.

Las cifras, la afluencia de público y la difusión de la cultura sidrera y la gastronomía asturiana están fuera duda. Pero un determinado número vecinos no se encuentran cómodos con la vida en este ecosistema sidrero. Dicen que para ellos queda la peor parte, mientras los trabajadores, los hosteleros, los clientes y especialmente los turistas disfrutan en una única calle de una especie de parque temático de los símbolos asturianos. En unas pocas horas, en Gascona pueden probar los productos de la tierra, escuchar gaitas, ver bailes tradicionales y adentrarse en la cultura de la sidra, todo un curso acelerado de asturianía.

La Asociación de Vecinos de Gascona e Indalecio Prieto critica precisamente todo esto: que hay terrazas que en otras calles de la ciudad no se permitirían, que se escancia sidra en la calle cuando no se puede y que las gaitas suenan a todas horas. Hasta los camiones de reparto les incordian, dicen, cuando colapsan la calle por las mañanas. Lo resumen diciendo que viven "una situación insostenible" por "la concentración masiva de establecimientos hosteleros" que, a su juicio, "cuentan con la permisividad y el favoritismo del Ayuntamiento".

"Entre estas dos calles", continúan los residentes en un comunicado reciente, "sumamos mil vecinos, quinientas viviendas y quinientas plazas de garaje, por lo que exigimos respeto y que se termine de una vez por todas esta situación de abuso e inseguridad". Los hosteleros dicen que no son tantos, que los que se quejan son unos pocos y que no son representativos de la vecindad.

Es la pugna constante. Gascona es un referente de la cultura asturiana entre el turismo. Todo el que visita Oviedo pregunta por esta calle, que a algunos les causa molestias. Los vecinos han pedido que la Preba de la Sidra -multitudinaria fiesta que abre la temporada sidrera- se haga en otro lugar y los hosteleros dicen que es un acto puntual, como también lo son la Feria de los quesos, el amagüestu y otras actividades que ocupan la calle una decena de mañanas al año, en las que ofrecen a los vecinos alternativas como pagarles un parking para intentar paliar las molestias que les pueden generar miles de personas a la puerta de sus garajes.