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El Campo reintroducirá el pavo real para paliar la pérdida de especies animales

El área de Parques espera contar en breve con una pequeña colonia de las coloridas aves, pero ve complicado recuperar las ardillas y los cisnes

Una mujer, paseando el perro junto al estanque de los patos. LUISMA MURIAS

Las quejas vecinales por la situación del Campo San Francisco no se quedan en el deterioro creciente del mosaico de Antonio Suárez del paseo de los Álamos o en el estado de abandono en que ha quedado el kiosco de la música del Bombé, tras la paralización de los trabajos de rehabilitación por un contencioso con la empresa adjudicataria que ya está solventado. La pérdida de algunas especies animales que se habían convertido incluso en emblemas de la propia ciudad también preocupa a quienes como el periodista Adolfo Casaprima, el escritor Alberto Polledo o el arquitecto y urbanista Felipe Díaz de Miranda Macías vienen advirtiendo de la decadencia general que se ha apoderado de uno de los enclaves más relevantes Oviedo. En concreto, se echan de menos las colonias de pavos reales, ardillas o cisnes que no hace tanto tiempo habitaban el Campo.

El último pavo real adulto del Campo San Francisco murió en junio de 2017, a causa del ataque de un perro. La representación de esta especie en el parque ovetense se limita desde entonces a "Manzanito" y "Arenita", una joven pareja que fue donada al Ayuntamiento por el club de fútbol sala Arenas de Manzaneda, tras ser criados en Galicia por un familiar de un jugador del equipo. El caso es que estos ejemplares apenas se ven por el Campo, ya que prefieren habitar los jardines del cercano y tranquilo recinto del Banco de España.

Juan Carlos Menéndez, responsable municipal de Parques y Jardines, asegura que su intención es que el Campo vuelva a contar a medio plazo con una colonia estable de pavos reales. Para ello, cuenta con "Manzanito" y "Arenita", así como con otra pareja que llegará procedente del parque zoológico El Bosque, ubicado en San Esteban de las Cruces. En todo caso, Menéndez afirma que la población de pavos no va a ser muy grande y que en ningún caso se piensa volver a los 18 o 20 ejemplares de antaño. "Supondría un grave problema de tráfico, ya que los pavos reales salen del parque y llegan, incluso, al entorno del hotel de la Reconquista", afirma el encargado de los parques ovetenses.

Si la recuperación de una población estable, aunque reducida, de pavos reales en el Campo resulta factible, más complicada parece en estos momentos la reintroducción de las ardillas, especie que ha desaparecido de las praderas del pulmón verde de Oviedo. La legislación española prohíbe de forma expresa la adquisición de ejemplares mediante compra y Juan Carlos Menéndez descarta meter en el parque central de Oviedo razas asiáticas.

La colonia de ardillas que había en el Campo San Francisco no se pudo mantener por las dificultades que presenta el ciclo reproductivo de esta especie y por la gran cantidad de ejemplares que han muerto atropellados por vehículos en las calles que rodean al parque ovetense. Los coches y autobuses ocasionaron más bajas que los perros que salen a pasear con sus dueños.

Tampoco está previsto que los cisnes vuelvan al parque después de que los dos últimos ejemplares que había en el estanque se mostraran especialmente agresivos y fueran trasladados por los operarios municipales al campo de golf de Las Caldas. Estos cisnes, que estaban en el Campo San Francisco desde 2011, atacaron a algunos patos y se decidió que su presencia estaba de más. Tras su salida del estanque, los responsables del departamento de Parques y Jardines decidieron incrementar la colección de patos, en la que se incluye una colonia de azulones, formada por una veintena de ejemplares que pasan los inviernos en la ciudad.

Tras la práctica desaparición de las ardillas y con los pavos reales reducidos a la mínima expresión, la especie que sí ha ganado presencia en el Campo San Francisco es la tortuga. Se trata de ejemplares domésticos que muchos vecinos compran para sus niños y que, luego, cuando se cansan de ellos y van creciendo, abandonan en el estanque de los patos. La mayor parte de las tortugas que se dejan en el Campo mueren durante el invierno, ya que proceden de climas tropicales y no soportan las bajas temperaturas.

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