Desde Pravia, con mi más que amiguina Raquel, subí a Villafría, por Agones y Escoredo, tomé al suroeste por La Barraca y Ablanedo, dejé la Vespa entre las dos casas de Teixeira para seguir a pie hacia el sur por El Llanín, cuesta arriba al Campo de la Bordinga, el filo de Sierra Pumar, los túmulos de Comals, la última rampa del pico Lahuz, recorrer su loma heidiana ("¡Abuelita dime tú...!"), bajar al collado donde nace el arroyo Lacusta, que riega Valdidiello, y el del Molino, que va al Uncín y llega a Artedo, y ascender el cono de Llan de Cubel, cumbre más alta de Pravia. Ahí divisamos desde los Picos de Europa hasta el Cornón, desde las Ubiñas y el Aramo hasta Gijón, desde el Naranco hasta el Cachucho, una montaña que pocos conocen y alcanza 4.000 metros de altura, pero no desde el nivel de la mar de Oviedo sino desde el fondo; ¡para conocer su cumbre hay que profundizar! Así con todo.