"Gestionar la educación no es una tarea fácil; sé que lo que voy a decir es políticamente incorrecto, pero prefiero que un colegio no se pinte en dos años a que un niño tenga falta de recursos en las aulas".

Así lo recalcó ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA Francisco Óscar Laviana Corte, director general de Ordenación Académica e Innovación Educativa, en un acto realizado en colaboración con la asociación de la Niños con Hiperactividad del Principado de Asturias (ANHIPA), que celebra el mes europeo de sensibilización con el TDAH, el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad.

"Mientras exista exclusión educativa no tendremos calidad en la enseñanza", añadió Francisco Óscar Laviana, quien abogó por prestar especial atención a las personas, frente a otras alternativas.

El TDAH es un trastorno de carácter neurobiológico originado en la infancia que implica un patrón de déficit de atención, hiperactividad o impulsividad, y que en muchas ocasiones está asociado con otros trastornos, tal como explicó Laura Collado Fernández, presidenta de ANHIPA, quien señaló que "el cerebro de nuestros niños es como el motor de un Ferrari". En el acto se entregaron los premios del II concurso de Buenas Prácticas Educativas a los docentes Israel Suárez Rodríguez, Eva María Alonso de la Torre y Vanessa Aguinaco. Todos coincidieron en aconsejar a las familias que se formen y preparen para afrontar la experiencia de tener un niño con TDAH. "La escuela es una continuación de lo que pasa en casa y los padres son fundamentales", indicaron.