Jaime Martínez no repetirá como presidente de la Asociación de Amigos de la Ópera, cargo que supone también presidir la Fundación Ópera de Oviedo. Lo tiene claro, "es una decisión muy meditada durante mucho tiempo", asegura. Lo que no ha fijado aún es la fecha. El año que viene debe renovarse la junta directiva y él no aspirará a la reelección. Lo que no sabe es si aguantará un año más o se irá antes. "No lo tengo claro, no lo sé", insiste.

El neumólogo lleva al frente de la Ópera de Oviedo desde 2003 y cree que "ha llegado el momento de dar un paso atrás". Lo hace porque "hay un proyecto muy consolidado y que funciona muy bien". Lo dice en referencia al equipo encabezado por el director artístico, Javier Menéndez, que ya tiene firmados contratos con artistas para los próximos cuatro años.

En realidad, hace años que Jaime Martínez quiere dejar la presidencia, pero distintas circunstancias le han llevado a posponer la decisión. La crisis y los cambios de gobierno supusieron tiempos de cierta zozobra en la institución lírica ovetense y el presidente no quería eludir esa responsabilidad así que fue aguantando, aunque sus íntimos ya sabían que quería dejarlo.

"En la Ópera de Oviedo va todo muy bien y todos entienden mi paso atrás", dice Martínez, que insiste en que "todo tiene su tiempo y todo tiene su fin".

Jaime Martínez recuerda cómo fue su acceso al cargo. Era septiembre del año 2003; faltaban dos días para el arranque de la temporada de Ópera de Oviedo y recibió una llamada desde el teatro Campoamor, le pedían que acudiese al ensayo de la ópera "Idomeneo" de Mozart. Al llegar le explicaron la situación: la Fundación Ópera de Oviedo necesitaba un presidente y que toda la junta directiva le iba a apoyar a él por unanimidad. Jaime Martínez aceptó por un año, han pasado tres lustros desde aquella tarde, con la que él bromea diciendo que, en realidad, fue una encerrona.

Su presidencia ha estado siempre marcada por esos momentos en los que uno quiere irse pero sabe que no debe hacerlo, y en esos casos, su sentido de la responsabilidad le ha hecho seguir ahí. Su empeño era consolidar el modelo que ahora defiende con toda la vehemencia que le permite su elegancia y su caballerosidad.

Con Jaime Martínez, la Ópera de Oviedo ha logrado dos hitos que parecían imposibles para una de las temporadas líricas más importantes de España: levantar un estreno mundial y popularizar la ópera. El pasado 9 de septiembre se estrenaba en el Campoamor la ópera "Fuenteovejuna", para ése y otros títulos se pueden comprar entradas a precios reducidos, alrededor de 20 euros. Impensable hace dos décadas.

Martínez siempre echa las flores al equipo, pero ese grupo que levantó el proyecto que para él "está ahora muy asentado" es el que formó como presidente y en el que ha confiado en los últimos años.

Su renuncia a volver a presidir la Asociación Amigos de la Ópera de Oviedo es firme. En varias ocasiones lo había comentado con sus allegados, pero nunca con la certeza que lo hace ahora. Siempre era un "quiero dejarlo" pero ahora lo ha cambiado por un "lo dejo". No pone fecha concreta, pero sí está seguro de dos cosas, cuando en septiembre de 2019 arranque la próxima temporada de Ópera en Oviedo él estará en el palco, pero ya no será presidente.