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JAVIER GOYENECHE | Empresario

"En España existe un sentimiento de miedo al fracaso que frena el emprendimiento"

"A quien naufraga en un negocio le diría que aproveche todo lo positivo de su experiencia e inicie otro proyecto"

Javier Goyeneche, ayer en La Ería, con el Carlos Tartiere al fondo. LAURA CARADUJE

A sus 48 años, Javier Goyeneche lleva ya media vida dedicada al mundo empresarial. A los 24 fundó la firma Fun&Basics con la que llegó a contar con 68 puntos de venta en toda España. En 2009 se vio obligado a vender la firma tras naufragar en medio de la crisis económica, pero hace un lustro retomó el emprendimiento con Ecoalf, una firma de ropa fabricada a base de residuos reciclados. Ayer participó en las VI Jornadas del Fracaso Empresarial del Talud de La Ería.

- ¿Es difícil para un empresario impartir una charla sobre fracaso?

-La palabra fracaso es más peyorativa de lo que debería y muchas veces genera inmovilismo. Hay gente que considera que el fracaso es no haber intentado algo. A mi modo de entender es un aprendizaje de la vida.

- ¿Supone el miedo a naufragar una barrera al emprendimiento?

-En España hay un sentimiento latente de miedo al fracaso. Desde pequeños tenemos mucho miedo al ridículo y solemos tener miedo a hablar en público. En Estados Unidos eso no ocurre, la gente habla ante multitudes sin temor alguno y lo intentan con distintos negocios.

- Usted triunfó pronto, pero luego se encontró con escollos.

-Fue una aventura de 15 años positiva durante gran parte de su existencia. El problema fue que entramos en la crisis con más deuda de la debida y nos metió en una espiral de la que no pudimos salir.

- ¿Qué sintió entonces?

-Te pasan muchas cosas por la cabeza. Una de ellas es no volver a emprender nunca más. Tras dar y entregar tanto hay una sensación de cansancio enorme, tristeza y decepción. Algunas personas optan por dar un giro a su vida, pero yo decidí emplear toda mi experiencia en una nueva andadura.

- ¿Cuándo decide reinventarse?

-Estaba obsesionado con un mundo sostenible. Los inicios se remontan a 2010, pero entonces no existían los tejidos ecológicos que hay ahora y ya en 2013 decidí lanzarme de nuevo al mercado. Nació mi hijo Alfredo, al que incluí en el nombre de la empresa y me volqué en un proyecto empresarial en el que lo importante no es el qué haces, sino el cómo lo haces.

- ¿Fue como empezar de cero?

-Al final te das cuenta que los principios son muy parecidos. La diferencia es la experiencia, pues vas un poco más rápido al conocer a vendedores, distribuidores y tener ya una red de contactos. Va todo muy rápido. A veces vienen jóvenes que están empezando y te ven como un referente, pero yo les contesto que dos años antes estaba como ellos y les anima.

- ¿Qué le recomendaría a un emprendedor que acaba de fracasar?

-Le diría que todo lo que se ha hecho con corazón y buena voluntad no se puede llamar fracaso. Que coja todo lo bueno porque luego se dará cuenta de todo lo aprendido. Mis dos mejores empleados fracasaron en sus empresas, pero están muy preparados.

- ¿Es bueno recurrir a psicólogos o motivadores?

-Toda ayuda de la que dispongas es buena. Los empresarios muchas veces están muy solos y luchando contra todo.

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